Especialistas de la Coalición Ciudadana por la Educación (CCE) se mostraron en favor de las reformas al programa de carrera magisterial, con lo que se modificará el esquema para asignar estímulos económicos a 774 mil docentes en enseñanza básica en el país. Sin embargo, alertaron que este esfuerzo debe cambiar las reglas escritas y no escritas que permiten la intromisión abusiva de líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la política del sector, con la complicidad de las autoridades educativas.

En un comunicado, la organización a la que pertenecen Adolfo Sánchez Rebolledo, Soledad Loaeza, Gilberto Guevara Niebla, Olac Fuentes y Clara Jusidman, entre otros, así como más de 2 mil 400 personas y asociaciones civiles, destaca que no debe ser la cúpula del SNTE (que encabeza Elba Esther Gordillo), la que siga definiendo los ritmos, contenidos y hasta porcentajes en los que se debe evaluar a los maestros. Esto no es materia de un sindicato, sino atribución de las autoridades.

Reconocieron avances en la integración de un mejor modelo del desempeño en el aula, advirtieron que las actividades curriculares que serán recompensadas con estímulos económicos es un criterio arbitrario, y sobre todo imposible de medir objetivamente, abriendo un espacio más para la opacidad y manejo político.

El acuerdo suscrito por la Secretaría de Educación Pública, que encabeza Alonso Lujambio, y la cúpula del SNTE distribuye 100 puntos en cinco factores a evaluar: 50 por ciento del puntaje corresponden a resultados alcanzados en la prueba Enlace por los alumnos, 20 más a las llamadas actividades curriculares, igual porcentaje para la formación continua y 5 por ciento a formación profesional y antigüedad, respectivamente.

Dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) calificaron de aberrante y acción desesperada la reforma, la cual premiará sólo a quienes se comprometan a fondo con los acuerdos de la ACE, aunque esto no implique ninguna mejora para la calidad del sistema educativo.

Aseguraron que con las nuevas reglas se condena a los maestros a una carrera por alcanzar puntos y privilegiar en el aula aquellas tareas que representen estímulos económicos, y no un mejor aprendizaje de los alumnos.