El drenaje de la ciudad de México, un mal necesario para comunidades campesinas
En Actopan, Ixmiquilpan, Santiago de Anaya, San Salvador y El Arenal, la gente se quiere matar
por el líquido residual
Menor abasto provoca pérdidas en 7 mil hectáreas de cultivos
Domingo 29 de mayo de 2011, p. 27
Actopan, Hgo., 28 de mayo. En el Valle del Mezquital –que abarca 25 municipios, entre ellos Actopan, Ixmiquilpan, Santiago de Anaya, San Salvador y El Arenal– la disputa por la disponibilidad de aguas negras provenientes del drenaje de la ciudad de México, enfrenta a comunidades campesinas que las necesitan para el riego como un mal necesario.
La gente se quiere matar por las aguas residuales
, declaró Julio Hugo Sánchez Quiroz, presidente del Consejo de Administración de las Aguas Negras en Actopan, quien desde el 24 de marzo participa en la toma de las oficinas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que unos 5 mil campesinos realizan en Pachuca para protestar por la falta de aguas de desecho y contra el intento de construir la presa El Marqués, obra que desviaría parte del caudal del río El Salado y agravaría la situación.
La Unión Productora Agrícola y Ganadera de las Aguas para Riego indicó que en lo que va del año los campesinos de esta región han visto mermado en dos tercios –de 30 a 10 metros cúbicos por segundo– el torrente de aguas no tratadas que llegan del drenaje profundo.
La situación es crítica, ya que de acuerdo a estudios sobre las reservas de agua para el cultivo en el Valle del Mezquital, 80 por ciento del líquido proviene de las presas Endhó y Requena (que a través del emisor central, el río Tula, captan las aguas residuales de la zona metropolitana de la ciudad de México) y 20 por ciento restante lo aportan las presas Tachimai y Rojo Gómez.
Sánchez Quiroz estimó en 7 mil hectáreas la superficie de cultivos de hortalizas y alfalfa siniestrados en Actopan, Santiago de Anaya y San Salvador, debido a la reducción del volumen de aguas negras por las obras de mantenimiento del drenaje profundo, que mantiene en conflicto a los agricultores de las tierras altas y bajas que se disputan el agua blanca de la presa Requena y las residuales que descarga la zona metropolitana de la ciudad de México en el Valle del Mezquital.
Por ello, urgió a la Conagua y a las autoridades del estado a resolver pronto el problema, ya que la falta del líquido podría derivar en un gran caos económico que desembocaría en un conflicto social en toda la región, desde Tula hasta Ixmiquilpan
.
Para tener una idea de lo vital que resultan las aguas negras para la economía agrícola de los 25 municipios del Valle del Mezquital, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que 74 por ciento de la superficie total de riego y temporal del estado sembrada con alfalfa (49 mil 147 hectáreas) está localizada en esta zona.
Entre otras, el valle aporta 67 por ciento de la superficie estatal dedicada al cultivo de coliflor, asimismo, de 50, 41 y 20 por ciento del área para la siembra de chile verde, tuna y maíz, respectivamente.
Tierra de contrastes
Además del torrente contaminado que le llega del drenaje profundo, el riego en el Valle del Mezquital cuenta con nueve de 14 acuíferos que forman la cuenca del Valle de México, todos ellos subexplotados y con suficiente reserva, pero sujetos a veda debido a la alta demanda de agua potable en el DF y su área metropolitana, según la Conagua.
Según el estudio Aguas residuales para riego agrícola en México, elaborado por la investigadora del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, Olga Xóchitl Cisneros, el Valle del Mezquital produce 84 toneladas de alfalfa por hectárea, cuando la media nacional es de 54.90 toneladas.
La escasez de agua mantiene en estado de tensión a esta zona e impulso a un grupo de 400 campesinos de Actopan, liderados por Sánchez Quiroz, a abrir las compuertas de la presa Requena a finales de noviembre de 2010.
Sánchez Quiroz pidió a la Conagua y a los gobiernos federal y estatal resguardar con cuerpos policiacos la infraestructura hidráulica del canal lateral Requena debido a la disputa por el agua que han originado autoridades ejidales de la parte alta, con el fin de evitar una confrontación mayor
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Dijo que la disminución de aguas residuales amenaza la supervivencia económica para los campesinos de Actopan, San Salvador, Santiago de Anaya y El Arenal, que en conjunto superan las 6 mil hectáreas de sembradíos de alfalfa, por lo que los dirigentes amenazan con marchar a la ciudad de México para que las autoridades capitalinas pongan fin a la restricción de las emisiones del Gran Canal.
Indicó que a pesar del riesgo que implican los desechos tóxicos, y la posibilidad de adquirir enfermedades gastrointestinales y degenerativas, las aguas residuales de la capital de la República son para el Valle del Mezquital un recurso necesario.