Este año se está caracterizando por ser uno de los más secos de la última década, pues en mayo no se han registrado precipitaciones. Productores y autoridades del sector agropecuario esperan que en junio se regularicen las lluvias para iniciar las siembras del ciclo primavera-verano, explicó Octavio Jurado, gerente general de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario.

Con una creciente demanda de alimentos y una oferta volátil provocada por precios internacionales altos, agricultores de diversas regiones evalúan la posibilidad de sustituir las siembras de maíz por cebada, por ser un cultivo más resistente a la sequía, abundó vía telefónica.

El año se inició con problemas, ya que las heladas dañaron cultivos de maíz, sorgo y trigo en un millón 100 mil hectáreas de los estados del norte, y aunque se resembró la mayoría de la superficie será esta semana o la próxima cuando se tendrán datos exactos sobre el volumen de las cosechas. No se obtendrán las 10 toneladas por hectárea que normalmente se logran en el ciclo otoño-invierno, pero se esperan de seis a ocho.

Es un momento crucial

Si las lluvias no se normalizan en breve habrá pérdidas de cultivos y estarán en riesgo los inventarios ganaderos. Estamos en un momento crucial para tener un panorama sobre la producción de alimentos.

En la reunión del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable, en la que participan integrantes de diversas organizaciones de productores, directivos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) propusieron incorporar 250 mil hectáreas del sur-sureste a la siembra de maíz, para las cuales se requieren 5 mil 750 toneladas de semillas certificadas. Convocaron a los productores de semillas a sembrar mil 571.5 hectáreas para producir dicho volumen en alianza con el Inifap.

En dicha reunión, personal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación ratificó que, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, se esperan lluvias normales en junio, pero pidió que los pronósticos para julio se tomen con cautela.

La Comisión Nacional Forestal (CNF) también alertó a agricultores y ganaderos sobre el cambio climático y el poco margen de certidumbre de la predicción.

Especificó que este año es uno de los más críticos en incendios forestales. Se levó el costo de los combustibles en el segundo semestre de 2010, faltaron lluvias y la consecuente sequía de octubre a la fecha dificultaron el combate a éstos.

La sequía, de acuerdo con la CNF, ha afectado más las regiones centro y norte del país. Se han presentado 8 mil 900 incendios y dañado 534 mil 270 hectáreas, la mayoría pastizales, arbustos y matorrales.

El último trimestre del año pasado fue el más seco en 69 años y en los primeros tres meses de 2011, la precipitación alcanzó una media de 38.3 milímetros, lo que significa 35 por ciento menos del promedio en dicho lapso.