Getaria, España., 7 de junio. Casi 40 años después de la muerte de Cristóbal Balenciaga (1895-1972), y con ocho de retraso, un museo recuerda desde hoy al creador del arte de la alta costura en el lugar en el que nació, la pequeña localidad vasca de Getaria.

La reina Sofía inauguró hoy el centro que a partir del viernes mostrará al público 90 trajes y complementos diseñados por el modisto español que vistió a la realeza y a la aristocracia y reivindicó el diseño de moda como una creación artística que no debe estar al servicio de la mujer.

Otros mil 200 diseños donados por particulares e instituciones se irán rotando para poder ser vistos por los visitantes en el museo.

A la inauguración del museo asistieron hoy 375 invitados, entre los que estuvo el modisto francés Hubert, de Givenchy, discípulo del diseñador español y presidente de honor de la Fundación Balenciaga.

Entre los miembros de la aristocracia española, a la que tanto vistió Balenciaga, se encontraba Beatriz de Orleáns; del mundo político acudieron el jefe del Ejecutivo regional vasco, Patxi López, y la ministra de Cultura española, Ángeles González Rinde.

El Museo Cristóbal Balenciaga ocupa 10 mil metros cuadrados y está dividido entre el palacio Aldamar, construcción del siglo XIX que fue residencia de verano de los marqueses de Casa Torres, y un edificio de nueva construcción.

La exposición se divide en seis espacios temáticos: Comienzos, Día, Cóctel, Noche, Novias y Balenciaga esencial. Suponen un repaso a la trayectoria del modisto.

El museo abre sus puertas con ocho años de retraso y con un escándalo de presunta malversación a sus espaldas que está investigando la justicia española.

Con un estilo purista y clasicista, Balenciaga pasó a la historia por su conocimiento profundo de las proporciones del cuerpo.

En 1919, cuando contaba con 24 años, abrió su primera casa de moda en San Sebastián. Después llegaron las de Madrid y Barcelona. En 1937 saltó a Paríus y allí fue donde trabajó durante más de tres décadas.

A pesar de no estar interesado en hacer de sus diseños productos comerciales y de los altísimos precios de los mismos, Balenciaga tuvo siempre una amplia clientela que incluyó también a grandes divas del cine, como Marlene Dietrich e Ingrid Bergman.