Elisa Miller, cuyo cortometraje Ver llover (2006) obtuvo en 2007 la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes, responde la pregunta sobre que la crítica especializada trató muy mal su primer largometraje, Vete más lejos, Alicia, en el pasado festival de cine en Morelia: No todos saben ver poesía; ahora tendrá su estreno comercial; la verá más gente y siento que puede encontrar su público, porque los sentimientos y las pulsiones de las que hablamos apelan a mucha más gente que a un pequeño círculo.

Vete más lejos, Alicia llega a las pantallas de la Cineteca Nacional el próximo viernes luego de exhibirse en Morelia, recibir una nominación en el festival Rotterdam (Holanda), competir en el Recontres Cinémas d’Amerique Latine de Toulouse, Francia, y de participar en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), Argentina. Ahora, los derechos de distribución han sido adquiridos por la Cineteca Nacional.

Miller retoma la respuesta anterior: Lo que ha pasado desde su presentación en Morelia es que hubo a quienes les gustó mucho y quienes no les gustó para nada; cosa que me pareció importante porque al final la cinta genera cosas; que escriban dos páginas manifestando su odio a la película también me parece interesante. El estreno internacional fue en Rotterdam y ahí nos fue muy bien, porque creo que era el foro ideal para la cinta, un festival totalmente de cine contemporáneo, arriesgado y sin ninguna concesión para nadie. Ahí se escribieron muy buenas cosas y el público reaccionó bien. Ahora vamos al Festival de Cine de Sarajevo a ver qué pasa, pero estoy más nerviosa por ver lo que pasa aquí en México.

El rencuentro con los escritos de sus 19 años, en los que vierte sensaciones, sentimientos, dudas y pensamientos, fue el elemento que detonó el interés de Elisa Miller por reflejar ese momento particular en el que se busca desesperadamente la identidad, la pertenencia en el mundo, en la vida. Así surgió Vete más lejos, Alicia, su opera prima de largometraje, película hecha con el corazón y la nostalgia de esa etapa en la que uno decide irse de casa para descubrirse, para encontrarse.

Elisa Miller comenta que Vete más lejos, Alicia surgió como un impulso, una pulsión que me exigió a mí misma irme más lejos, lo más lejos que jamás había estado. Fueron las ganas de hacer algo que no estaba permitido, algo prohibido, como una travesura, ganas de irse lejos de todos, ganas de libertad, de experimento, de ligereza.

Y fue justamente ese impulso el que llevó a Elisa a viajar intempestivamente a Buenos Aires armada con una cámara (prestada), un tripié y dos micrófonos para intentar capturar esos sentimientos impresos en aquellos garabatos de tinta de su antiguo diario. Hacía meses que discutía el tema con la actriz Sofía Espinosa y la fotógrafa María José Secco, quienes se reunieron con ella en la capital argentina para dar forma a todas esas interrogantes y emociones. El resultado de aquella aventura no podría haber sido más afortunado. Vete más lejos, Alicia logra retratar esa incertidumbre, esa sensación de vacío e incomprensión que se experimenta a esa edad. El filme se centra en las vivencias de Alicia, que viaja al fin del mundo para encontrarse a sí misma, para hallarse más sola que nunca frente a la inmensidad de la masa polar en la Patagonia argentina.

Eje narrativo

Elisa Miller logra retratar, a través de una estética similar a la de un video diario, una historia íntima, melancólica, donde las imágenes hablan por sí mismas y están al servicio del eje narrativo del filme, la decisión de querer volar y atreverse a hacerlo. Todo ello con el telón de fondo de los impresionantes paisajes polares de la Patagonia.

Egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), Elisa Miller ha realizado varios cortometrajes entre los que destacan Nosotras que nos queremos tanto (2003), Tus manos (2004), Slavus (2005) y Ver llover (2006), que además obtuvo el Ariel al mejor cortometraje en 2008 y en el encuentro de La Habana.

Vete más lejos, Alicia se suma a películas como El milagro del Papa, de José Valle (México, 2009), Siete instantes, de Diana Cardozo (México, 2008); Te extraño (México-Argentina, 2010), de Fabián Hoffman, y Perpetuum Mobile, de Nicolás Pereda (México, 2009), cuyos derechos han sido adquiridos por la Cineteca Nacional en un esfuerzo por ampliar el circuito de exhibición.