PRI y PRD cuestionan que haya ido en calidad de jefe de Estado
Jueves 9 de junio de 2011, p. 16
PRI y PRD criticaron en la Comisión Permanente la asistencia del presidente Felipe Calderón a la ceremonia de beatificación del papa Juan Pablo II, porque se trató de “un acto litúrgico en el Vaticano”, y cuestionaron el informe que el Ejecutivo remitió a ese órgano sobre el viaje, por considerarlo “insuficiente”.
El senador Pablo Gómez (PRD) destacó en tribuna que Calderón “fue a un acto litúrgico. Fue invitado y acudió. Fue como jefe de Estado, no como turista ni como asistente. Fue invitado en tal función y es incompatible la presencia del jefe del Estado en un acto litúrgico”.
Explicó: “Si analizamos la Constitución y discutimos lo que significa el principio histórico de la separación de la Iglesia y el Estado, el artículo 130, ese principio histórico no impide a ningún miembro del Estado tener creencias religiosas y profesar la religión que quiera, como a cualquier otro mexicano o mexicana.
“Lo que impide es que el Estado mexicano tome parte como tal en un acto de carácter litúrgico, porque eso es asumir una posición de carácter religioso y una práctica religiosa como institución de Estado, lo que no puede ser, de acuerdo con las leyes de México”, aseveró.
Sostuvo que “fue una equivocación y un abuso de Calderón, porque confunde sus creencias propias con su investidura estatal, lo que no debe ser confundido”.
El senador Ricardo García Cervantes (PAN) defendió la asistencia del Ejecutivo a la beatificación de Juan Pablo II. “Comparto con mi grupo parlamentario la presencia del presidente Felipe Calderón en el Estado vaticano. Fue a invitación del jefe de un Estado extranjero para participar en un acto del Estado vaticano.
“Que sí, efectivamente, cae en el calificativo o en la descripción sustantiva de un acto religioso, de un acto litúrgico; tiene razón el senador Gómez, es a lo que invita el jefe del Estado vaticano al jefe del Estado mexicano y de otros países.”
Precisó que “Juan Pablo II no es para México cualquier personaje, sino alguien que trajo un mensaje de reivindicación de derechos humanos de los indígenas y de los más pobres”.
A su vez, el diputado César Augusto Santiago (PRI) sostuvo en tribuna que “queda demostrada, una vez más, la renuencia del presidente Calderón a asumirse como jefe del Estado mexicano. Me da la impresión de que no le gusta ser jefe del Estado mexicano, él quiere ser comandante de su partido político y jefe de las fuerzas armadas”.
Propuso que se emitiera un exhorto a Calderón para que “se asuma en su función de jefe de Estado, que respete a los que militan en otros partidos, como debe respetar a los que militan en otras confesiones religiosas; que haga honor a la Bandera Nacional, que responda a los mexicanos como jefe de Estado”.
En el informe enviado por la Secretaría de Relaciones Exteriores a la Comisión Permanente sobre el viaje de Calderón al Vaticano, se explica que la participación del Ejecutivo en la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II respondió “a los estrechos lazos de cooperación y respeto existentes entre México y la Santa Sede desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos estados en 1992”.
Por otra parte, el Presidente informó ayer a la Permanente que se ausentará de territorio nacional del 10 al 12 del presente para realizar una visita de trabajo a la ciudad de San José, California, Estados Unidos.