Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de junio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Auténticos milagros
P

ara el mundo político y burocrático del estado de Veracruz, don Víctor Arredondo es un sacerdote de la educación, si nos atenemos al modelo de definiciones clericales tan de moda en este sexenio. El colega Leopoldo Gavito Nanson ofreció hace poco una pequeña biografía en la que resalta algunos méritos que distinguen al citado personaje y que explican el prestigio de que goza en algunos círculos de Veracruz, el país y el mundo: director de desarrollo universitario y director general en la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP durante el gobierno del licenciado Salinas de Gortari; secretario académico de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior; rector (por dos periodos consecutivos) de la Universidad Veracruzana; secretario de Educación durante el anterior gobierno veracruzano.

Para cambiar de aire, don Víctor dirigió sus pasos a la empresa privada, como presidente del corporativo Villa Aprendizaje, dedicado a brindar servicios de construcción, reparación e instalación, algo que combina perfectamente con la especialidad del exitoso funcionario: la educación a distancia para adultos, prioridad en el estado de Veracruz donde hay 700 mil analfabetos y millones de analfabetos funcionales. A resolver ese problema contribuye don Víctor mediante el Instituto Clavijero, negocio que él califica como el mejor proyecto educativo a nivel superior en el mundo. Con razón recibe apoyo millonario del gobierno estatal. Bueno es recordar que el jesuita Francisco Javier Clavijero (1731-1787) fue un importante filósofo e historiador. Deseo cerrar el currículum del educador Arredondo con otra virtud que le destaca el colega Gavito Nanson: su reprobable debilidad por el patrimonialismo, por usar los recursos públicos como propios para beneficio personal. Llámense presupuestos o lechos de ríos.

Agrego otro, con base en lo que recientemente documentó La Jornada Veracruz: el señor Arredondo también hace milagros. El más reciente fue desviar el cauce del río Pixquiac, que atraviesa el municipio de Coatepec, para darle mayor valor al complejo ecoturístico Diamante, en el cual el educador tiene puesto todo su empeño. Hablo de milagro porque dicho negocio se puso en marcha sin que las autoridades se dieran cuenta, sin tener la autorización de cambio de uso del suelo del municipio citado; sin que las autoridades estatales y federales descubrieran que a lo largo de 200 metros de la cuenca hubo un cambio completo del estrato del suelo, se removieron todas las piedras, gravilla y arena, con lo cual se perdió la impermeabilidad acumulada durante cientos de años. Uno de los efectos es que el agua proveniente de las zonas altas se filtrará y afectará el caudal que lleva el río, del cual dependen varios municipios de la zona. En el colmo, la piedra, gravilla y arenas removidos del cauce del Pixquiac se usaron para edificar escaleras de acceso, represas y cabañas del complejo ecoturístico.

Las autoridades de Veracruz prometieron investigar y, en su caso, sancionar a los responsables de desviar y afectar el lecho del Pixquiac. Mas, curándose en salud, señalaron que el asunto es competencia de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), por ser la responsable de todo lo relacionado con los recursos hídricos del país; también de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), encargada de sancionar a quienes violan la normatividad vigente sobre la materia. Una muestra más de eludir responsabilidades y dejar sin efecto el anuncio de coordinación institucional prometido tantas veces por el licenciado Calderón. El director general de organismo Cuenca Golfo-Centro de la Conagua, Víctor Esparza Pérez, confirmó que está prohibido construir dentro de los cauces de los ríos y desviar sus corrientes. Y que las obras referidas pueden dejar sin agua a las poblaciones situadas río debajo de donde se construye el diamante del apóstol del ecoturismo.

Extensa es la lista de negocios privados que afectan a la población y al medio ambiente. Auténticos milagros, pues las autoridades son las últimas en enterarse, cuando el daño ya está hecho.