El precio de los alimentos se mantendrá elevado y con variaciones bruscas. En los cereales, que constituyen la base de la pirámide alimentaria en el mundo en desarrollo, los consumidores deberán asumir alzas de 20 por ciento en el resto de la década. Y de 35 por ciento en el caso de la carne, cuya demanda ha ido en aumento los últimos años, sobre todo en Asia y en América Latina. Un reporte divulgado este viernes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) anticipa que la producción agrícola crecerá a un menor ritmo que en los años previos.

Los altos precios de las materias primas, como el petróleo, han terminado por trasladarse a la cadena alimenticia, indicó el informe, que será discutido el próximo fin de semana en París, Francia, durante la reunión de ministros de agricultura de los países del Grupo de los 20, al que pertenece México.

El incremento y la volatilidad en los mercados de materias primas están aquí para quedarse, estableció el Panorama de la agricultura 2011-2020, publicado de manera conjunta por la OCDE y la FAO. Estas alzas de precios hacen crecer la preocupación por la estabilidad económica y la seguridad alimentaria en algunos países en desarrollo, en los que las personas más pobres están en mayor riesgo de desnutrición, agrega.

Al tiempo que anticipan un mayor costo de los alimentos, los organismos esperan que la producción agrícola del mundo se eleve en la década a una tasa de 1.7 por ciento anual, inferior al aumento de 2.6 por ciento anual que logró en la década previa. Aun con este menor ritmo de crecimiento, la producción per cápita se incrementará 0.7 por ciento anual, prevé el informe.

Los precios elevados de productos agrícolas pueden ser una buena noticia para los productores, pero el impacto que tienen entre la población pobre de los países en desarrollo, quienes destinan una mayor parte de su ingreso a la compra de alimentos, puede ser devastador.