Se repuso de un tanto a los dos minutos para tener un afortunado debut en el torneo
Los asiáticos sufrieron la polémica expulsión de su portero e hicieron un autogol
Domingo 19 de junio de 2011, p. a17
Morelia, Mich., 18 de junio. La selección Sub-17 se sobrepuso a un pésimo arranque de partido que le costó que le convirtieran un gol al minuto dos, se sacudió los nervios y el pánico escénico con que inició, para alzarse con la victoria 3-1 ante Corea del Norte en su debut como país anfitrión.
El Tri tuvo además la fortuna de verse favorecido por una polémica decisión arbitral, cuando el silbante suizo Stephan Studer expulsó de manera rigorista al guardameta titular norcoreano, Cha Jong Hun.
Los tricolores saltaron a la cancha con escasa decisión, los coreanos lo advirtieron y de inmediato tejieron un letal avance por el costado derecho, el remate de Jo Kwang entró lento, casi pegado al poste derecho del adormilado guardameta Richard Sánchez.
La afición que ya estaba instalada en sus butacas enmudeció; otros, que apenas avanzaban por los accesos, ni se enteraron. Los asiáticos festejaron con un baile, formados, agitando brazos y luego, abrazados y felices, cayeron al césped.
Como impulsado por un resorte saltó el técnico local Raúl Gutiérrez, profirió gritos ante las fallas de sus defensores, pero debió padecer otros minutos en su rectángulo de cal antes de que se notara una mejoría en el plantel de casa, donde lo único que reinaba era nerviosismo y desorden.
Los tricolores intentaban reaccionar, pero los esfuerzos eran individuales: cada uno quería ganar solo la guerra. En esa tónica se desperdiciaron varias opciones. Marco Bueno remató con una media vuelta a un lado; luego se cambió de botines, pero nada parecía hacerlos sentir mejor.
El público, que padeció una lenta revisión por elementos de seguridad, quiso despertarlos al grito de ¡México, México!
, pero entonces el portero Cha Jong Su de pronto cayó como fulminado, parecía afectado por calambres y su dolencia regaló una pausa que todos aprovecharon para hidratarse, pero sobre todo –en el lado mexicano–, para recibir instrucciones.
Carlos Fierro, atacante de Chivas, desperdició dos oportunidades inmejorables, Marco Bueno no desentonó y se mantuvo en la línea errática, mientras el portero Cha Jong Hun resolvía sin gran esfuerzo toda acción frente a su marco; el público lo castigaba con el clásico insulto lanzado al unísono a cada despeje: ¡puuuto!
Paulatinamente el Tri comenzó a dominar, se sucedieron opciones para Arturo González y Marco Bueno, hasta que por fin, al minuto 36, Fierro concretó una jugada por la izquierda, hizo un remate picado y el balón se le coló a Jong Hun.
El gol del empate pareció liberar de la tensión no sólo a los dirigidos por el Potro Gutiérrez, sino también a la afición que comenzó a hacer circular la ola en las tribunas.
Los asiáticos casi no exigieron al portero Richard Sánchez y su tranquila tarde fue perturbada al minuto 44 por un disparo de Jong Kwang Sok. El guardameta del FC Dallas, de la MLS, tuvo que saltar para desviar por encima del larguero.
Los verdes, conscientes de sus titubeos, luego del silbatazo para el medio tiempo se congregaron en el centro para hacerse reclamos y observaciones.
Para el complemento, el árbitro Studer expulsó en polémica acción al guardameta Cha Jong, quien salió a contener la arremetida de Carlos Bueno. La acción fue fuera del área y el timonel norcoreano An Ye Gun ingresó al segundo portero An Kang Chol; el sacrificado fue Pak Myong Song.
El Potro Gutiérrez también decidió mover sus piezas: relevó a Arturo González por Giovani Casillas, otro atacante; sin embargo, fue más fortuita la forma en que México logró dar la vuelta al marcador: tras una llegada por el carril izquierdo hubo un centro que Jong Kwang Sok remató de palomita contra su propio marco.
El graderío era ya una fiesta con el cántico del Cielito lindo, lo mejor del escenario tras la desangelada inauguración del Mundial, pues una hora antes de la cita, el estadio estuvo semivacío y lo único emotivo, hasta entonces, había sido la entonación de los himnos.
Yon de Luisa, director del comité organizador, había confirmado la ausencia del presidente Felipe Calderón, señalando que en su representación estaba el titular de la Conade, Bernardo de la Garza; quien sí asistió fue el gobernador michoacano Leonel Godoy.
El escenario fue aprovechado con el sobrevuelo de rudimentarias avionetas de quienes buscaron llevar agua a su molino: Fausto precandidato a gobernador del PRI
, decía una manta. Luego, con el mismo método lo hizo la refresquera rival de la patrocinadora oficial de la FIFA.
El clima caluroso y la fatiga agudizó sus estragos sobre los coreanos, que se salvaron de la tercera anotación cuando Kim Chol Bom se ubicó pegado al poste derecho y desde ahí rechazó un par de disparos que iban con firma de gol.
Pero Giovani Casillas no se fue en blanco, merodeó el área enemiga hasta que al minuto 85 el portero An Kang rechazó y dejó la pelota a la deriva, ahí estaba el relevista para fusilar con un tiro cruzado que definió el 3-1 final.
Los tricolores también acusaron los estragos de la contienda. Jorge Caballero salió del campo con una pierna engarrotada, su lugar lo ocupó Felipe Sifuentes cuando el reloj marcaba el final, y tras el pitazo los mexicanos se congregaron en el centro del campo para elevar los brazos y aplaudir ante la ovación que les dedicó la afición.