Veo televisión, pero casi exclusivamente deportes, señala el cineasta en entrevista
Para mí el problema de Estados Unidos es que es un país muy religioso, comenta
Jueves 23 de junio de 2011, p. 9
Nueva York, 22 de junio. Woody Allen examina la nostalgia en Midnight in Paris, la película más reciente de su serie rodada en Europa.
La cinta transporta a su protagonista, interpretado por Owen Wilson, al París de la Belle Epoque, en la década de 1920, y lleva a Allen a concluir que, en realidad, él habría sido desgraciado en cualquier época, dorada o no.
Allen, de 75 años, habló sobre lo que anhela, sobre la nostalgia de rodar en Nueva York y las cosas que no le gustan de la tecnología y otros placeres modernos.
–¿Sigue escribiendo sus guiones a máquina?
–No tengo un procesador de texto; no soy una persona a la que le gusten los dispositivos tecnológicos.
–¿Así que se ha escapado de cosas como Twitter y Facebook?
–No tengo idea de lo que es Twitter, pero Facebook lo conozco porque vi la película y me gustó. Así que sé qué es. Y tengo una página web, que no he visto en mi vida y no tengo idea de cómo funciona o cuál es su objetivo, pero unas personas la hicieron para mí.
–¿Cómo se adapta entonces al mundo de los iPods y los iPads?
–Tengo un teléfono, un teléfono móvil, pero lo único que puedo hacer es llamar y recibir llamadas. No lo uso para otra cosa. No tengo, ¿cómo lo llaman, mensajes de texto?
¿Ha visto las personas mayores que tapan muchos de los botones del televisor con cinta adhesiva para no equivocarse? ¿Para no apretar esos botones? Así sólo pueden encenderlo y apagarlo. Yo soy exactamente así, siempre que haya sólo dos botones que apretar, puedo hacerlo.
No sé que son los reality shows
–Como ex guionista de televisión, ¿qué piensa sobre ese medio en estos días, de los reality shows?
–Nunca he visto nada de eso. Veo los nombres en los periódicos y cosas, pero ni siquiera sé qué es. Veo televisión, pero no eso. Veo deportes, casi exclusivamente.
–Su película Midnight in Paris examina la nostalgia, ¿qué le hace sentirla?
–Me pongo nostálgico en momentos de debilidad (...) recordando y pensando. Qué bueno era poder jugar beisbol en la calle y correr a casa y darme una ducha y comer algo de comida poco sana
, sin tener idea de que no era saludable o sin importarme, pero no lo hice. Era una vida más simple. Pero luego, cuando me detengo y me pregunto: ¿realmente me gustaría volver a esa vida?, ¿era tan bonita?
No lo era. Yo odiaba el colegio, lo pasaba terriblemente mal, tenía todo tipo de problemas. Era bastante terrible.
Estoy contra la muerte desde que tenía cinco años
–¿Han cambiado su pensamiento sobre la muerte recientemente?
–No, ya estaba contra ella cuando tenía cinco años y fui consciente por primera vez de ella. He seguido en contra.
Estamos programados por naturaleza a resistirnos a morir, a autopreservarnos, a tener cuidado de nosotros mismos, a luchar por nuestras vidas, así que no soy diferente a nadie en ese sentido. Puedo diferir en este sentido, puedo pertenecer a ese grupo de personas que lo tiene en la conciencia más frecuentemente. Pero no hay nada que podamos hacer al respecto. Probablemente sufrimos más porque no somos capaces de ignorarlo muy fácilmente. Todo el mundo está dotado de un mecanismo de rechazo; el mío es defectuoso.
–¿Por qué es tan respetado en Europa?
–Creo que gano algo en la traducción (...) Hago una película y en toda Europa, en todo el mundo, les encanta, porque posiblemente no ven mis errores.
–¿Es usted demasiado para la mentalidad del estadunidense medio?
–Sí, somos un país muy religioso, pero para mí ése es su problema. Yo no lo suscribo. No soy religioso o puritano. En ese sentido soy ligeramente más europeo, pero eso es algo más fácil de encontrar en Nueva York, creo, que en el resto del país. Es lo más cercano que tenemos a una ciudad europea.
–Aún así, a los críticos les ha gustado esta película ¿Cree que Estados Unidos está preparado para perdonarlo por sus escándalos pasados?
–¿Cuál fue el escándalo? Me enamoré de esta chica, me casé con ella. Llevamos casados casi 15 años ya.
No hubo escándalo, pero la gente se refiere a ello todo el tiempo como un escándalo y en cierta forma me gusta, porque cuando me vaya me gustaría decir que tuve un verdadero escándalo jugoso en mi vida.
–¿Echa de menos rodar en Central Park en otoño?
–No, adoro Nueva York. Y estoy seguro de que volveré y trabajaré aquí. Las únicas dos cosas que me han mantenido alejado de aquí es cuando un lugar extranjero ha puesto el dinero e insistido en que trabaje allá, o cuando no me podía permitir trabajar aquí.
–¿Su próxima película en Italia estará inspirada en Fellini?
–No, ¿por qué Fellini?... ¿Por qué no Antonioni? No, no está inspirada en nadie. Es sólo una comedia, no una comedia romántica, sino una comedia total.