Lisboa, 28 de junio. El gobierno de Portugal envió este martes al parlamento sus propuestas para su programa de austeridad cuatrianual, prometiendo cumplir estrictamente las obligaciones impuestas al país bajo el rescate acordado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Como acordó previamente con ambas entidades, el gobierno dijo que elevaría el impuesto al valor agregado (IVA) de algunos productos, vendería las participaciones en compañías estratégicas, como Energías de Portugal y el operador de la red eléctrica del país, REN, mientras que reducirá las contribuciones sociales de las compañías. El nuevo gobierno de centro derecha, que asumió la semana pasada en relevo de los socialistas, anunció que dejará sin efecto los derechos preferenciales del Estado en empresas públicas, conocidas como acción de oro.

El Estado portugués tiene que cumplir escrupulosamente las obligaciones que ha asumido internacionalmente, algo que es necesario para retomar el financiamiento externo y volver al crecimiento y a la generación de empleo, se argumenta en el texto enviado al parlamento.

El gobierno del primer ministro Pedro Passos Coelho envió la iniciativa a penas una semana después de asumir el cargo y cuenta con amplia mayoría en el Congreso, que discutirá el programa el jueves y el viernes.

El anterior gobierno socialista de minoría dimitió el pasado marzo, agudizando la crisis de deuda del país que le forzó a seguir los pasos de Grecia e Irlanda y pedir un rescate por 78 mil millones de euros (unos 100 mil 500 millones de dólares).

A cambio del paquete de ayuda solicitado en abril pasado, del FMI y Europa durante los próximos tres años, Portugal debe reducir este año su déficit de 9.1 por ciento a 5.9 por ciento y para 2013 deberá ser de 3 por ciento.

Para ello se reducirán pensiones, salarios y se aumentarán impuestos. Lisboa también se comprometió a medidas como la flexibilización del mercado laboral y la reducción del seguro de desempleo.

El plan propuesto por el gobierno plantea asimismo vender las participaciones en la aerolínea de bandera TAP y el negocio asegurador de Caixa Geral de Depósitos, aunque no se fijaron fechas para estas dos privatizaciones.