El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) debe informar los motivos por las cuales adquirió en 2010 diversas obras de arte para sus museos –que tuvieron un valor total de 100 millones de pesos–, así como el nombre de los coleccionistas o la razón social de los vendedores, resolvió ayer el pleno del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai).

De acuerdo con la ponencia del comisionado Ángel Trinidad, el INBA respondió que la adquisición de las obras se hizo en virtud de la experiencia profesional de cada uno de los directores de los museos que pidieron a ese instituto los recursos públicos para comprarlas.

De los nombres de los coleccionistas y vendedores, el INBA argumentó que su confidencialidad obedecía a que así lo establecieron en los contratos de adquisición, en algunos casos, y por regla determinó clasificar porque dar los datos pondría en riesgo la seguridad personal de los vendedores, además que en muchos casos se logró obtener un trato preferente mediante diversas negociaciones con empresas del mercado del arte.

Contra la discrecionalidad

El INBA también alegó que el mercado de arte es distinto a otros mercados en los que el gobierno realiza adquisiciones.

Tales argumentos dio al Ifai, luego que un ciudadano se quejó por la respuesta parcial a su solicitud, en la que pidió copia de los documentos que presentaron los museos del INBA y la Coordinación Nacional de Artes Plásticas para sustentar y justificar la adquisición de obras de arte en 2010; descripción de las obras adquiridas, señalando ficha técnica de las mismas, costo pagado y nombre o razón social del vendedor.

Durante la sustanciación del recurso, Trinidad revocó la confidencialidad de los nombres de los vendedores o coleccionistas de las obras adquiridas, tras destacar que claramente la Ley Federal de Transparencia señala que, independientemente de la adquisición de que se trate, además del contrato debe estar el nombre del vendedor o razón social.

El comisionado ponderó la importancia de proteger el dato personal y concluyó que entregar los nombres evita que haya discrecionalidad al adquirir (esos) productos.

Recordó que en 2008 esos datos se revelaron y respecto de las justificaciones ordenó la entrega de las fichas técnicas donde se concentra la descripción de las obras, datos técnicos e históricos, entre otros. Del valor por unidad de las obras, indicó que ya se había otorgado al solicitante.