Opinión
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Los de abajo

Celebración en Ostula

L

as tierras nahuas que conforman el poblado de Xayakalan, dentro de la comunidad de Ostula, en el litoral del Pacífico michoacano, cumplen dos años de haber sido recuperadas por los comuneros de la región. Se llega a la celebración bajo la intimidación de los grupos paramilitares del municipio de Aquila, que actúan con la silenciosa complicidad de la Marina-Armada de México y del gobierno de Michoacán. Con todo, seguimos teniendo las tierras y eso ya es un triunfo, señalan los comuneros de Ostula.

El 2 de junio de 2009, la comunidad indígena de Ostula recuperó, previo acuerdo de la asamblea, más de mil hectáreas de tierras, montes y playas que durante 40 años estuvieron en manos de pequeños propietarios de La Placita.

Dos años después el saldo de la recuperación sigue siendo alto. Mantener las tierras que les pertenecen ha costado la vida de 26 comuneros, más 4 desaparecidos, decenas de viudas y huérfanos y cientos de desplazados. Y es que los intereses que se juegan en este territorio no son pocos. Se trata de tierras codiciadas por el narcotráfico, los caciques locales y grandes inversionistas que vieron truncados sus proyectos de inversión amparados por los gobiernos federal y estatal.

Los megaproyectos más importantes, con los que se pretendía despojar a los nahuas de estas tierras costeras, son la construcción de la súper carretera Coahuayana-Lázaro Cárdenas y el Plan Regional para el Desarrollo Turístico Integral de la Costa de Michoacán. Se trataba, indican los comuneros, de que sus playas pasarán a manos de ricos capitalistas nacionales y extranjeros, quienes, por lo visto, no se han rendido y no quitan el dedo del renglón. Sólo así se explica la brutal campaña de hostigamiento contra quienes se atrevieron a desafiarlos.

Un reto más con el que llega Ostula a su segundo aniversario es el reconocimiento y el otorgamiento de garantías para el funcionamiento de su policía comunitaria, puesta en marcha durante la recuperación de las tierras, poniendo en práctica su derecho a la creación, en el marco de nuestra cultura y organización tradicional, de policías comunitarias, guardias comunales u otras formas organizativas comunales para la autodefensa indígena.

Un tercer desafío, por si les faltara, es la reconstrucción de la comunidad después del paso del huracán Beatriz, que arrasó con sembradíos y casas de Xayakalan. Además de denunciar y exigir un alto a la guerra contra Ostula, la comunidad requiere de donativos para su reconstrucción en la cuenta bancaria 2776589065, a nombre del Encargado del Orden, Bernardino Gómez Mata. Banco BBVA Bancomer, sucursal 1256 de Tecomán, Colima. CLABE 012 097 0277765.