Riesgo severo para el proceso de 2012, coincide con Enrique Ibarra
Domingo 3 de julio de 2011, p. 14
Los diputados Porfirio Muñoz Ledo y Enrique Ibarra (PT) acusaron al PRI, en especial
, y al resto de los partidos de respaldar los ataques de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) contra el Instituto Federal Electoral (IFE). Advirtieron sobre un riesgo severo para el proceso electoral de 2012, porque la autoridad comicial se enfrenta a dos fuegos: los intereses de los medios de comunicación y el chantaje de los partidos.
Muñoz Ledo, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores en San Lázaro, calificó a los poderes fácticos –sector empresarial, incluidos los propietarios de los medios de comunicación– como una losa pesada sobre las instituciones del Estado.
“En el ring de la política se les puede ganar rounds, pero no la pelea. En 2007, con la reforma electoral, se cacareó que se había ganado a los poderes fácticos, pero aquello resultó un grosero enriquecimiento ilegítimo de los partidos, que hoy se traduce en la inundación de dinero (a los medios), como en la elección del estado de México, el cual jamás regresó al erario.
En estos momentos hay dos líderes del espectacularismo banal: Eruviel Ávila y Carlos Navarrete. La televisión y la radio ganaron la pelea en 2007, porque los espots del gobierno perdieron efectividad ante el enorme negocio de los empresarios de la comunicación, que comenzaron a vender tiempo y espacio por abajo del agua.
–Actualmente también desde el Congreso se ataca al árbitro electoral –se le inquirió.
–Frente a esa perversión, una forma de resolverla sería que el Congreso federal aprobara una reforma constitucional que estableciera que el Consejo General del IFE tuviera autoridad por encima de los medios de comunicación, pero la realidad es que los poderes fácticos se están imponiendo y el IFE se ha convertido en una delgada membrana entre los intereses de éstos y los partidos.
El Congreso federal es cómplice; mientras no apoye al IFE, el instituto tendrá como principales adversarios a los partidos políticos, porque el órgano electoral es muy débil frente a las instituciones políticas y sus patrocinadores: los poderes fácticos.
–El PRI se suma a la propaganda de descrédito que encabezan las concesionarias de radio y televisión contra el IFE.
–Hay inconsciencia entre los partidos, que no quieren dejar de apoyar a los poderes fácticos y –esa es la paradoja– deben respaldar al IFE. El instituto está contra dos fuegos: por una parte los intereses ominosos de los empresarios de la comunicación y por otro el chantaje de los partidos. Hay un concurso de éstos, una puja por ver quién gana más fuerza.
Su correligionario Enrique Ibarra también acusó a los empresarios de la radio y la televisión, quienes anteponen sus intereses particulares y se resisten a acatar la decisión de la autoridad electoral.
Ahí está el alineamiento del PRI a esa postura; está del lado de la defensa de los intereses de aquellos que impulsan campañas que favorecen la desigualdad. Si seguimos así, el próximo año se tendría un árbitro desgastado, titubeante, medroso ante los poderes fácticos, y a nadie conviene un árbitro menguado y bocabajeado, porque no tendría la autoridad moral para conducir el proceso como el de 2012.