Exhibe Universo imperceptible, resumen de lo que hay detrás de la retina
, en galería Ehtra
puertas abiertas para soñar
La exposición se divide en las series Meditación y Sonatas cósmicas
Sostiene que el artista debe pintar sobre lo que le pasa adentro, porque lo cotidiano lo tenemos enfrente, es palpable
Lunes 4 de julio de 2011, p. 9
Una joven desconocida, desprovista de lazos con la música, un día se le apareció al pintor Manel Pujol Baladas (Vic, Cataluña, 1947), quien, deslumbrado, decidió cambiar su pareja sonora de toda la vida por esa visión vestida de incógnita.
Universo imperceptible, exposición dividida en dos grandes series, recién abierta en la galería Ethra (Londres 54, colonia Juárez), es resultado de la nueva aventura pictórica de Pujol Baladas, que resume como lo que tenemos detrás de la retina, que nadie ve, que la mente no descubre, pero el espíritu sí
.
Para el entrevistado, cuando se habla de la muerte del artista no es física, sino espiritual
, porque éste corre el grave peligro de pensar que ya llegó, que lo suyo es definitivo; además, le da estatus, es reconocido socialmente, entonces se conforma con repetirse. Se empieza a convertir en artesano de su arte. No quisiera sentir eso nunca, porque pienso que tengo muchas cosas por descubrir, por explicar y por entregar
.
Si Pujol Baladas revela mundos ilusorios antes del Big Bang, su serie Meditación –también hay obra de las series Hosanna y Fantasía– encierra de hecho una explosión novedosa de elementos, ya que combina la abstracción con el paisaje, sin olvidarse de las rugosidades matéricas. Expresa: El artista tiene que pintar lo que siente, lo que le pasa por dentro, porque la realidad, lo cotidiano, lo tenemos enfrente, son cosas objetivas, palpables. Prefiero pintar algo que te deja la puerta abierta a soñar. Pienso que hay que descubrir mis cuadros todos los días. Como los libros: siempre tienen una segunda lectura y algo que aprender luego, porque los que cambiamos somos nosotros, porque vemos las cosas distintas
.
Propone hasta dónde somos capaces de imaginar: en el espacio hay estrellas, planetas, constelaciones, pero no creo que el agua fluya por medio de las fuerzas del espacio. Lo que he pintado es eso, mundos irreales para nosotros, que en nuestra cultura no existen, aunque en el espíritu sí
.
Los cuadros de esta serie nos remiten a los orígenes de Manel Pujol Baladas, quien tiene 14 años de residir en México.
Laboró 10 años al lado de Salvador Dalí, pero en lo artístico se siente más afín con la escuela catalana de la abstracción, que en el fondo es una escuela europea
.
Respecto de su estancia con Salvador Dalí, que comenzó cuando tenía 19 años, consideró que le llegó el momento de “cortarse el cordón umbilical, aunque me desangrara; no pasa nada. Pero, si no, siempre hubiera sido una referencia de algo que ya se había hecho, y muy bien hecho.
Dalí era un intelectual, no sólo un pintor; escribía, era un hombre con una altísima formación cultural. Pero para poder ser tenía que cortar todo eso; entonces, lo logro, hago toda una evolución, por lógica siempre en mi vida puede salir lo aprendido. Tener papás es positivo, tener escuela es básico, porque te da las herramientas necesarias para que puedas ser libre. Lo que hay que aprender es desprender y tener personalidad propia. Las experiencias de conocimiento y de relación con Dalí, y también con Pablo Picasso, fueron fundamentales para mí.
En el segundo piso de la galería se exhibe la serie Sonatas cósmicas –así como la de Poesía cósmica– que, no obstante el título, no tiene nada que ver con la música. De acuerdo con Pujol Baladas, también hay figuración en Sonatas cósmicas debido a las salidas de material de agua líquido del espacio, donde salen planetas. Es un trabajo figurativo, pero en el conjunto sugiero cosas abstractas, sentimientos, habla de un mundo interior
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