Historiadores temen daños a edificios
Lunes 11 de julio de 2011, p. 33
Con mantas de apoyo habitantes del Centro Histórico se pronunciaron a favor del servicio de Metrobús, al tiempo que denunciaron que son comerciantes ambulantes y establecidos, que no viven en el centro, los que se oponen al proyecto
.
Las personas que se oponen a la línea 4 de Metrobús son comerciantes –la mayoría de los cuales pertenecen a la Asociación de Comerciantes del Polígono del Centro Histórico–, y no los habitantes de la zona, acusaron.
Dicha organización se ha opuesto a todos los proyectos de remodelación del Centro, incluso a uno de los proyectos más recientes, como fue la remodelación de la calle Regina
, añadieron vecinos que colocaron una manta de apoyo en la esquina de Isabel La Católica y 16 de Septiembre.
A los residentes les interesa el servicio de Metrobús porque va a traer rehabilitación, inversión y mejoría a la zona
, señaló Igor Gracia, residente de la calle Isabel La Católica.
En Ayuntamiento se va a cambiar toda la infraestructura hidráulica, lo que incluye drenaje y red de agua potable, y se van a cambiar el alumbrado, las banquetas y la electricidad
, indicó.
El Fideicomiso del Centro Histórico, por su parte, dijo que el Metrobus contribuirá a la conservación del patrimonio arquitectónico al reducir la contaminación que producen alrededor de 70 mil vehículos que circulan diariamente en el primer cuadro de la ciudad.
Además, el ruido y las vibraciones producen cerca de 10 toneladas de contaminantes al año, mismas que se impactan en las fachadas de los mil 800 monumentos históricos que existen en el Centro. Aunado a ello, 700 microbuses que circulan todos los días agudizan la problemática vial que se vive en la zona
.
Sin embargo, según una investigación de los historiadores Luis Huitrón, Patricio Rábago y Alejandra Arriaga, así como Édgar Carrasco, Arnulfo Martínez y Hugo Rodríguez, la construcción del Metrobús sobre Belisario Domínguez, Miguel Alemán y República de Venezuela pondrá en riesgo 62 edificios con valor histórico y artístico de los siglos XVIII, XIX y XX ubicados a lo largo del corredor, como la Plaza de Santo Domingo, sobre el cual existe un decreto presidencial de Pascual Ortiz Rubio.
Según la investigación, la debilidad estructural de iglesias, casas y museos en la zona se debe directa e indirectamente al subsuelo lacustre de la ciudad, lo cual se refleja en grietas, fisuras y hundimientos.
El estado actual de los inmuebles es en general de malo a pésimo
, por lo que este proyecto no sólo atentará contra los edificios, sino contra el patrimonio arqueológico y las osamentas humanas tanto prehispánicas como coloniales ubicadas en las iglesias de Santo Domingo y de monjas de Santa María de la Concepción Cuepopan, y el extinto convento de la Encarnación, precisaron.