El defensor de derechos humanos y estudiante Cristóbal Sánchez Sánchez salió libre este sábado, luego de haber sido detenido y golpeado por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la policía estatal de Chiapas, cuando se encontraba haciendo una investigación sobre explotación sexual en un bar de Tapachula.

En entrevista telefónica, el propio activista narró las condiciones de su arresto y lamentó que esa clase de agresiones sigan ocurriendo, justamente cuando se está organizando en el sur del país la caravana Paso a paso hacia la paz.

Como ya se informó ayer en estas páginas, el estudiante contó que alrededor de las 6 de la tarde del pasado jueves, se encontraba junto con dos personas en el centro botanero El Palomar, como parte de una investigación sobre explotación sexual, xenofobia y racismo, para su tesis de licenciatura.

Según dijo, efectivos del INM entraron en el sitio para detectar si había indocumentados. Sánchez se identificó, pero se negó a enseñar sus pertenencias y a entregar su cartera y su teléfono celular a un agente, y salió del bar junto con sus dos compañeros. Ya afuera –señaló–, un oficial de migración conocido como El Chino comenzó a insultarlo por haber tomado fotografías del operativo, y un grupo de policías lo detuvo y lo trasladó a la sede de la Procuraduría General de la República, en medio de golpes y amenazas, bajo las órdenes de Jorge Ludman, entre otros agentes.

Finalmente, Sánchez se entrevistó con algunos medios de comunicación y con visitadores de las comisiones nacional y estatal de Derechos Humanos, y fue puesto en libertad unas horas más tarde, luego de pagar una fianza de 31 mil pesos por los cargos de daños y lesiones contra funcionarios públicos, ya que las autoridades lo acusaron de atacar a tres agentes.

Esta agresión, evaluó el activista, se produce en el contexto de la política represora de la delegada regional del INM, Mercedes Gómez-Mont, quien se ha dedicado a criminalizar a los migrantes y utiliza a sus efectivos como golpeadores.