La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su respaldo al obispo de Saltillo, Raúl Vera López, luego de que esta semana recibió amenazas anónimas.

Manuel Corral Martín, secretario ejecutivo de relaciones institucionales de la CEM, dijo que es condenable que se intente amedrentar a alguien de esta forma (fueron colgadas mantas en la catedral Santiago Apóstol, en Saltillo), sólo por expresar su opiniones.

“Los anónimos implican cobardía; no se puede dar crédito a quien se esconde detrás de un anónimo.

A ningún ciudadano se le puede coartar la libertad, de la índole que sea; hemos llegado a tal punto que las cosas están tomando cariz muy triste, indicó el sacerdote.

–¿La CEM apoya al obispo Vera?

–La CEM respalda al obispo Raúl Vera, y a todo sacerdote que haga uso de su libertad lo respalda, independientemente de si se está o no de acuerdo con él; no podemos permitir se le ataque o amedrente. Más allá de las ideologías o el pensamiento que podamos tener, es una persona, un sacerdote, y como tal hay que respetarlo y apoyarlo.

El miércoles pasado Vera López encabezó la peregrinación de su diócesis a la Basílica de Guadalupe y durante la homilía y en entrevista posterior habló de la situación que experimenta Coahuila ante las acciones del crimen organizado.

Denunció que bandas de narcotraficantes reclutan a niños hasta de 12 años para que trabajen como halcones (informadores), tarea por la que les pagan hasta mil 500 pesos semanales; comentó que el centro de derechos humanos de la diócesis de Saltillo tiene documentadas 185 desapariciones forzadas, y según recuentos periodísticos en dicho estado, suman 300 ejecuciones en los últimos seis meses.

Las mantas, colgadas en los barandales de la catedral, fueron calificadas por la diócesis como un acto de hostigamiento hacia el obispo.

Vera siguió recibiendo expresiones de apoyo tanto del Observatorio Eclesial como del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y Década contra la Impunidad.

Fuentes de la diócesis indicaron que no han sido los primeros intentos de intimidación, ya que en ocasiones anteriores se han recibido llamadas telefónicas anónimas.

El estilo pastoral de Vera, comprometido con los grupos más vulnerables de la sociedad, ha molestado a algunos sectores que piensan que se debe hacer una labor eclesiástica de menor alcance y trascendencia, pero a pesar de ello el religioso seguirá haciendo su trabajo con valentía, decisión y responsabilidad, dijo Gerardo Escareño Arciniega, vicario general de la diócesis de Saltillo.

Señaló que las mantas colocadas contra Vera podrían ser responsabilidad tanto de facciones católicas conservadoras como del crimen organizado.

Este hecho se inscribe en un contexto más amplio de oposición a la tarea del obispo. Don Raúl se ocupa pastoralmente de asuntos que están en la polémica, y ha estado siempre diciendo una palabra de denuncia sobre fenómenos que ponen en peligro a la gente más débil, explicó.

A pesar de ello, la diócesis de Saltillo sigue trabajando en un ánimo de tranquilidad. Ante un pastor que aborda con decisión, valentía y responsabilidad estos terrenos, normalmente hay represalias, pero sabemos que hay un camino por recorrer, y que la sociedad requiere de voces con esperanza que respalden a la gente en sus dudas e incertidumbres.

El trabajo de Raúl Vera ha sido notable, subrayó. Desde que llegó a esta diócesis, en el año 2000, tiene esta línea de trabajo.

La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal manifestó su preocupación por las agresiones contra el obispo, lo cual es una muestra del riesgo en el que viven los defensores de las garantías individuales al ser denostados con el fin de mermar su trabajo.