Miércoles 20 de julio de 2011, p. 40
Mi cita de trabajo era a las 9 de la mañana. Venía bien, pero antes de llegar a Cuatro Caminos el tráfico se hizo imposible. Pensé que había un choque o un carro descompuesto, pero nada, sólo una larga fila de autos y camiones que esperaban avanzar. El chofer nos dijo que no había paso y que si queríamos podíamos esperar o bajar. Algunos nos bajamos, porque de verdad no nos movíamos, pero de nada sirvió. Los taxis brillan por su ausencia y no hay forma de salir de esta zona, y caminando me llevaría más de dos horas llegar a Reforma. Así que adiós al trabajo, porque no creo que me den una nueva cita, y a ver cómo le hago para pagar la renta este mes y las medicinas de mi hijo.
Guadalupe Torres, desempleada
Tengo más de 30 minutos buscando un taxi para llegar a mi trabajo. Hablé con mi jefe y le pedí que me permitiera checar más tarde, a lo cual accedió, pero como están las cosas no llegaré y la próxima quincena se reflejará en 200 pesos menos. ¿Quién me los pagará?. El gobierno comete un error y los ciudadanos somos quienes la pagamos siempre. Deberían tomar sus previsiones; si no pueden hacer una obra tan compleja y cumplir con los horarios para que funcione el Periférico, mejor que no hagan nada, porque siempre los que no tenemos carro somos los más afectados.
Marco Antonio Gutiérrez, empleado
“Hoy sí la fregué. Me pasó lo que a Juan y el lobo, siempre pongo pretextos para llegar tarde a la chamba, y hoy que se cayeron esas madres, nadie me cree. Mi patrón me dijo que me regresara y a ver si mañana todavía tengo trabajo. Espero vea en la tele todo el desmadre que hay en Periférico y lo tome en cuenta para no correrme. Tengo necesidad, como muchos, pero nunca pensé estar en la cuerda floja y menos por culpa del gobierno, que anuncia grandes obras con bombo y platillo, y no cuida cómo se llevan a cabo, lo único que le importa es ganar votos; mientras, el pueblo, que se chingue.”
José Hernández, mesero
La semana pasada me contrataron en un obra, allá por Tacubaya. Me dijeron que tenía que estar a las 9, pero ya no llegué. La verdad sí me pega, porque acá en el estado no hay chamba y un compa me contactó con el jefe y me aceptó. Ahora le quedo mal a mi compa y pierdo el chance que tenía, porque a mis 60 años nadie te da trabajo y cuando se abre una lucecita, todo se cae, porque el gobierno cerró la calle y los camiones no pueden pasar. El chofer nos dijo que nos bajáramos porque ya no iba a dar servicio, y los 20 pesos que traigo en la bolsa no me sirven para agarrar un taxi. Mejor me regreso a mi casa y a ver qué explicación le doy a mi viejita
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Jacinto López, albañil