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Crece uso de animales humanizados en experimentos; hay preocupación entre científicos

Necesarias, reglas claras para no crear monstruos de laboratorio

Polémicos estudios, como ratones modificados con ADN humano, ya son comunes; el temor surge cuando se habla de dotarlos de características que involucran al cerebro, como el habla

 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de julio de 2011, p. 2

Londres, 22 de julio. Los experimentos científicos que insertan genes o células de humanos en animales necesitan nuevas reglas para asegurar que son éticamente aceptables y no conducen a la creación de monstruos, dijo el viernes un grupo de importantes investigadores británicos.

Aunque humanizar a los animales en nombre de la investigación médica ofrece perspectivas valiosas sobre la forma en que funciona el cuerpo humano y cómo desarrolla enfermedades, son necesarias regulaciones claras para asegurar que ese procedimiento esté cuidadosamente controlado.

Los escenarios más extremos, como colocar células cerebrales en primates para crear simios parlantes, siguen perteneciendo a la ciencia ficción, pero investigadores del mundo constantemente mencionan sus bondades.

Científicos chinos ya introdujeron células madre humanas en fetos de cabra y expertos estadunidenses estudiaron la idea de crear un ratón con células cerebrales humanas, aunque en verdad no lo han hecho.

Este tipo de investigaciones controvertidas necesitan especial supervisión, según un informe de la Academia Británica de Ciencias Médicas sobre el uso de animales que contienen material humano.

Emplear animales con características humanas limitadas no es nuevo. Ratones genéticamente modificados con ADN humano ya son una costumbre en la investigación de nuevos medicamentos para enfermedades como el cáncer.

Pero Martin Bobrow, profesor de genética médica de la Universidad de Cambridge, quien dirigió el grupo de trabajo de la academia, dijo que hay tres áreas de especial preocupación.

Donde las personas comienzan a preocuparse es cuando se ingresa al cerebro, a las células reproductivas y a ese tipo de patrones centrales que nos ayudan a reconocer qué es una persona, como la textura de la piel, la forma facial y el habla, dijo.

El informe de Bobrow recomienda que el gobierno establezca un cuerpo nacional especializado que trabaje con el sistema existente para regular la investigación animal y supervisar esas áreas sensibles.

Ministros británicos aceptaron el reporte y dijeron que considerarían sus consejos. Bobrow indicó que otros países deberían hacer lo mismo.

Además de ayudar a combatir enfermedades debilitantes, los animales humanizados jugaron un papel clave en el desarrollo de nuevos tratamientos para la infertilidad. También son centrales en la investigación con células madre.

El primer ensayo clínico del mundo que usó terapia con estas células en pacientes con accidente cerebrovascular (ACV) –proyecto conjunto entre investigadores escoceses y la compañía británica ReNeuron– fue posible gracias a que primero se probaron células del cerebro humano en ratas.

Robin Lovell-Badge, genetista del Consejo de Investigación Médica de Gran Bretaña, dijo que otros modelos importantes de investigación con animales incluyen a un ratón con síndrome de Down que porta unos 300 genes humanos y uno con 95 por ciento de su hígado proveniente de células humanas.

Un sondeo de opinión pública realizado para el informe reveló que existe apoyo general a la investigación con animales que portan material humano, siempre que el fin sea mejorar la salud de las personas.

No obstante, existen voces que manifiestan gran preocupación por los experimentos que involucran al cerebro, la posible fertilización de óvulos o espermatozoides humanos en animales, y darles características humanas, como cuestiones faciales o vinculadas con el habla.