Entre 5 y 7 millones de niños de cinco años o más se hacen pipí en la cama, situación anormal, no siempre relacionada con el deseo de llamar la atención ni con afectaciones emocionales por problemas familiares, como se pensaba hace unos años, afirmó el cirujano pediatra José Alberto Cibrian Cruz.

Con el desarrollo de nuevos métodos de diagnóstico, actualmente se sabe que la enuresis nocturna tiene diferentes causas, como las alteraciones del sueño provocadas, a su vez, por roncar, dificultades para respirar, así como por una deficiencia en la hormona antidiurética.

El especialista explicó en entrevista que los padres de familia con un niño o niña en esta situación tienen que verlo como un problema que debe ser atendido; sin embargo, generalmente no es así. Aunque no existe una estadística certera, se calcula que 80 por ciento de los menores no reciben atención.

El riesgo es que el infante se vea afectado en su autoestima y seguridad en sí mismo, puede presentar agresividad, irritabilidad y bajo rendimiento escolar, entre otros problemas. Además, Cibrian estimó que entre uno y 2 por ciento de los pacientes continuará con las emisiones involuntarias de orina durante la adolescencia y en algunos casos en la edad adulta.

El especialista destacó que algunos tipos de enuresis se deben a alguna cuestión física, como malformaciones en el aparato urinario o infecciones.

Trabajo de las hormonas

Cibrian Cruz puntualizó que la falta de control para orinar es normal sólo hasta los cinco años de edad. A partir de este momento el niño o niña debe ser capaz de mantenerse seco durante la noche y hasta que despierte por la mañana.

Explicó que esto es así por la acción de la hormona antidiurética que se produce en el hipotálamo, cuyos niveles se reducen durante la noche. Cuando existe alguna deficiencia, el organismo produce mayor cantidad de orina y tampoco es capaz de mantener el control de esfínteres.

Otro problema asociado es la alteración del sueño. Los niños que sufren apnea (roncan) y/o hipertrofia amigdalina (obstrucción a nivel de la garganta) tienen dificultad para respirar y, por tanto, para dormir. Entonces caen en sueños profundos que les impiden darse cuenta de que su organismo necesita que se levanten para ir al baño.

La enuresis también suele presentarse en niños que presentan inmadurez en el desarrollo del cerebro o retraso sicomotor, o que tuvieron bajo peso al nacer.

Dada la amplia gama de posibles causas de la emisión involuntaria de orina, Cibrian Cruz resaltó la importancia de buscar la ayuda del médico y, según sea la causa de la enfermedad, el especialista que debe dar tratamiento clínico.

Comentó que para la obtención del diagnóstico se puede recurrir a una evaluación del patrón de orina durante el día y la noche, así como considerar si el menor ya controlaba esfínteres y presentó un retroceso. También los papás ayudan con la elaboración de un calendario miccional, que orientará al especialista para el diagnóstico.

La historia clínica y los estudios de laboratorio para explorar las características de la orina e indagar sobre la presencia de posibles infecciones completan los elementos indispensables para determinar la causa y posible terapia a seguir para resolver el problema.

El especialista llamó la atención sobre la importancia de que los papás se involucren en el tratamiento de su hijo y que eviten los castigos y sanciones cuando al niño le gana en la cama.

Mayor información está disponible en la página web: www.pipienlacama.net