La participación de las mujeres en puestos de decisión de los poderes del Estado y del gobierno mexicano parece haber alcanzado el techo de cristal, que impide mayores avances, toda vez que en 30 años sólo seis han gobernado una entidad federativa (Colima, Distrito Federal, Tlaxcala, Yucatán –en dos ocasiones– y Zacatecas) y su acceso como presidentas municipales se ha mantenido en un nivel que no rebasa 5 por ciento, revelan datos recientes de la publicación Mujeres y hombres en México 2010.

“Pese a que las mujeres representan poco más de la mitad de la población, su participación en los poderes del Estado se mantiene muy por debajo del de los hombres: apenas alcanza 10 por ciento en los puestos más altos del gobierno federal –como secretarías y subsecretarías de Estado– y alrededor de 20 por ciento en el Poder Judicial”, detalla el informe, coeditado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Destaca los resultados del Índice de Disparidad entre Géneros a escala internacional (The Global Gender Gap), realizado por el Foro Económico Mundial, según el cual la brecha de género en la sociedad mexicana es de las más amplias.

Según ese reporte, de 134 países evaluados en 2010 México ocupó el lugar 91 y en materia de empoderamiento político, el número 61, por abajo de países como Nicaragua, Ecuador, Kazajistán, Jamaica, Chile, Kirguistán, Perú, China y Eslovaquia, entre otros.

Un año antes se había ubicado en las posiciones 99 y 65, respectivamente.

De acuerdo con el Sistema de Indicadores de Género, en 10 años, de la 48 Legislatura a la 51, el número de senadoras se incrementó en 6.3 puntos porcentuales.

Sin embargo, apunta el Inmujeres, la participación femenina en ambas cámaras sigue siendo inferior a 30 por ciento.

Los datos de las candidaturas a puestos de elección popular muestran mayor participación femenina que la que se concreta en las legislaturas. Es probable que al interés de las mujeres por formar parte de la vida política del país no corresponda el interés de la población por ser representada por mujeres, explica el Inmujeres.

En contraste, las menores brechas por sexo se observan en otras organizaciones, como instituciones de beneficencia y agrupaciones de ayuda social.