Más de 38 mil millones de pesos provenientes de los ahorros de los trabajadores para sus pensiones se han invertido en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en beneficio de 15 empresas de los sectores inmobiliario, de infraestructura y financiero con proyectos de largo plazo.

Así lo ponderaron Gerardo Rodríguez Regordosa, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, y Jorge Alegría, director de mercados e información de la BMV, al participar en un foro convocado por este organismo para evaluar el desempeño de los certificados de capital de desarrollo, conocidos como CKD’s, los instrumentos de inversión que expresamente fueron creados y autorizados hace dos años para que los recursos manejados por la Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) fueran manejados en el mercado bursátil.

Por otro lado, el subsecretario aseguró que las autoridades de la Reserva Federal y del Departamento del Tesoro del gobierno de Estados Unidos mantienen contacto continuo con sus contrapartes mexicanas y les han asegurado que van a llevar a buen término en los próximos días la negociación sobre su deuda pública.

No se trata, puntualizó, de una situación de insostebiblidad en variables económicas y financieras, sino de una discusión política pero dijo que México tiene una relativa fortaleza pues admitió que pese a estar blindado en varios aspectos macroeconómicos tiene una economía muy abierta.

En cuanto a las inversiones de los fondos de pensiones, Rodríguez Regordosa dijo que el mercado de valores es pilar de financiamiento al sector privado y los CKD’s son un invento cien por ciento mexicano que ha funcionado bien y ha requerido todo un esfuerzo de las autoridades y de los participantes del mercado, pues ha servido para apoyar a las empresas de alto crecimiento, en sus diversas etapas y que requieren capital de riesgo para expandirse.

Elogió también los cambios que apenas esta semana anunció la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) que aumentan el límite de las Afore para invertir en la bolsa, hacerlo en materias primas y contratar gestores de activos externos, con lo que aumentó el valor de riesgo de los fondos de pensiones. Otras medidas son la eliminación del mínimo de inversionistas requeridos y la figura del auditor.