Administrar antirretrovirales a la madre evitaría la transmisión a entre 510 y 735 bebés
Hay registro de mil 582 casos en menores de 18 años de edad que enfrentan serios conflictos
Viernes 29 de julio de 2011, p. 41
Villahermosa, Tab., 28 de julio. La transmisión del VIH/sida de madres a hijos durante el embarazo no debería ocurrir porque están disponibles las medicinas para prevenirla; sin embargo, en México, casi la totalidad de los recién nacidos de madres con el virus –alrededor de 2 mil 500 por año– también son portadores, aseguraron médicos pediatras
En el Congreso Nacional de VIH/sida y otras Infecciones de Transmisión Sexual señalaron el nuevo reto que enfrenta la epidemia debido a los niños nacidos con VIH, que hoy son adolescentes con nuevos problemas como la incertidumbre de si podrán casarse y tener hijos, el abandono de las terapias, entre otros.
Desde el inicio de la epidemia en el país, a mediados de los años 80, hasta marzo de 2011, se registraron mil 582 casos de sida de niños menores de 18 años. Es claro, advirtió Noris Pavia, jefa de la Clínica Infantil de VIH del Hospital General de México, que la mayoría de los afectados se muere sin siquiera haber tenido el diagnóstico de la infección.
Y es que es un asunto complejo, empezando porque hasta los 18 meses los exámenes clínicos pueden dar resultados que no son concluyentes. A esto se agrega que apenas en 2008, los expertos lograron consenso internacional respecto de que la terapia antirretroviral para los bebés en quienes se confirme la presencia de VIH debe iniciarse lo más pronto posible, incluso antes de que se presenten síntomas de enfermedad.
Otro problema más grave en el país, de acuerdo con la especialista, es que tampoco se detecta a las mujeres embarazadas con VIH/sida. La mayoría de las veces se enteran de que son portadoras del virus hasta que su bebé presenta manifestaciones de la enfermedad. Lo anterior a pesar de que hay un programa nacional para ofrecer las pruebas clínicas de detección a las gestantes.
Luego de más de tres años, la cobertura del examen es, según datos preliminares de José Antonio Izazola, director del Centro Nacional para la Prevención y Control de VIH/sida (Censida), de 69 por ciento en los servicios médicos que dependen de la Secretaría de Salud; de 10 por ciento en el Instituto Mexicano del Seguro Social y de 0.5 por ciento en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.
Durante el simposio Manejo de la infección por VIH en niños y adolescentes, llamó la atención de los ponentes que la sala estaba a toda su capacidad. Es evidencia del interés por el tema, del cual se desconoce mucho todavía
, dijo Luis Xochihua, experto del Instituto Nacional de Pediatría. Al menos así se evidenció con las preguntas de médicos de Sonora y Chiapas que plantearon dudas sobre aspectos clínicos y de diagnóstico de VIH en infantes.
Noemí Plazola, de la Clínica de Atención de Mujeres Embarazadas y sus Recién Nacidos, del Instituto Nacional de Perinatología, resaltó que en diversos estudios se ha confirmado que la transmisión perinatal del virus puede ser cero si se identifica a la mujer embarazada seropositiva, se le proporciona la terapia antirretroviral y se realiza una operación cesárea para el alumbramiento. Además, se recomienda evitar la lactancia materna.
La sola administración de los antirretrovirales a las mamás evitaría la transmisión del virus a entre 510 y 735 bebés. Con las medidas descritas, en el Inper no se ha registrado ni un caso de VIH/sida en recién nacidos desde el año 2000, subrayó.
En cuanto a los adolescentes, Xochihua comentó sobre los niños que nacieron con VIH, que son adolescentes en la actualidad y que enfrentan conflictos de identidad sexual, algunos se empiezan a reconocer homosexuales, lo cual los coloca en una difícil disyuntiva, ya que de por sí, a causa de la infección, se sienten diferentes
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El médico resaltó que los niños deben saber entre los siete y nueve años de edad todo lo relativo a la enfermedad, no dejar las terapias, y sobre todo, asegurarles que su vida puede ser tan normal como la de cualquier persona
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