Madrid, 30 de julio. El festival de la Semana Negra de Gijón está en vilo, pues este domingo, cuando se haya hecho balance de la incesante actividad desarrollada estos días, se dará a conocer una noticia que nadie quiere, pero que cada vez cobra más cuerpo: su destierro de la ciudad asturiana por el repudio de las actuales autoridades municipales y autonómicas, de cariz conservador. Ante esta situación varias decenas de autores dieron a conocer un manifiesto en el que expresan su consternación ante lo que supondría la pérdida de un festival cultural único en España.

El comunicado de los escritores pretende respaldar la historia y la importancia de un festival con una trayectoria de 24 años, en el que cada año acuden centenares de miles de personas, ya sea a sus conciertos, charlas, coloquios, debates o lecturas de literatura, ya sean poemas, fragmentos de novelas o cuentos. Desde su primera edición hasta la actual han acudido, cada año, los autores del género más representativos del planeta, sin importar su lengua de escritura ni su estilismo. Son autores del género negro y por tanto han tenido cabida en el festival, así como periodistas, investigadores, intelectuales y hasta fiscales que con sus investigaciones han abierto tramas que han inspirado a la ficción. Además de las ventas de libros, que sólo el año pasado superó los 45 mil ejemplares.

En el documento, que está siendo firmado por miles de personas que se sienten afectadas por el nuevo gobierno de derechas, advierte que cuando una cosa funciona en este país, tiene algún tipo de implicación cultural, y además se ha convertido en un motor para la ciudad, en vez de apoyarlo se piensa en acabar con él. Y eso es algo que nos llena de estupor, pena e indignación, afirmó a este periódico Rosa Montero. A ella le secundaron otros escritores como Carlos Salem, quien señaló a Público que la Semana Negra es un modelo a imitar en otros países. El festival literario puro sólo beneficia a los gerifaltes y en ellos no participa la gente. Como dato recordó que el año pasado en la Semana Negra se vendieron 45 mil libros.

Incluso en lo que estaba pensado como un recital poética, Joaquín Sabina y Luis García Montero también arremetieron contra el nuevo gobierno municipal y contra la rectoría de la Universidad de Oviedo –también contraria al festival, porque el ruido no deja dormir a sus alumnos.

Si los políticos de cualquier signo tuvieran dos dedos de frente o no fueran analfabetos, defenderían esta tradición que ya dura más de 20 años. Nosotros, en cualquier caso, vamos a resistir, advirtió el cantautor. Mientras García Montero añadió que la Semana Negra no es algo sectario y no se debe entender como enfrentamiento sectario. Es extraño que en una ciudad como Gijón no se asuma con normalidad democrática un espacio crítico y de conciencia social.