El titular de la Secretaría de la Función Pública, Salvador Vega, comparecerá ante comisiones de la Permanente el próximo 17 de agosto, para abordar el tema del monumento conmemorativo del bicentenario de la Independencia, mejor conocido como Estela de Luz.

La presidencia de la Permanente informó ayer lo anterior, mientras el pleno aprobó un punto de acuerdo para solicitar a los secretarios de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, y de Educación, Alonso Lujambio, un informe puntual y detallado sobre la construcción del obelisco.

Los legisladores pidieron que el documento puntualice las razones por las cuales fue seleccionado un proyecto arquitectónico de naturaleza distinta al planeado en la convocatoria, y los criterios jurídicos, técnicos, artísticos y presupuestales valorados en la emisión del fallo para seleccionar la propuesta ganadora y la empresa responsable de la edificación.

También pidieron conocer la lista de proveedores de materiales y componentes para la construcción, detallando criterios adoptados para su selección, y el calendario de trabajos y montos presupuestales proyectados originalmente, así como las modificaciones solicitadas y aprobadas, incluyendo justificaciones.

Además solicitan información sobre las razones por las cuales se colocó la primera piedra y se inició la construcción con tres y siete meses de retraso, respectivamente.

Los diputados y senadores de la Comisión Permanente pidieron conocer las sanciones que se han impuesto a los contratistas y participantes en el proyecto, por eventuales retrasos en la entrega de trabajos y por qué el monumento no se ha concluido, y para cuándo se terminará.

Antes de la aprobación del punto de acuerdo, el coordinador de los senadores del Partido del Trabajo, Ricardo Monreal, resaltó que los gobiernos producen monumentos a su imagen y semejanza, y propuso que el hoyo donde se elevaría la estela, se quede en su estado actual.

Con ello, se conmemoraría la fosa común en que se ha convertido el país con más de 50 mil muertos y 5 mil desaparecidos. Además en los muros se podrían poner los nombres de los fallecidos y los homicidios colectivos seriales, como una muestra de lo que el país no debería ser nunca. La propuesta fue rechazada por los legisladores.