Kabul, 6 de agosto. La guerrilla talibán derribó un helicóptero militar en el centro de Afganistán, causando la muerte a 31 soldados estadunidenses y siete afganos, en el acto de guerra que mayor número de bajas ha producido al ejército de Estados Unidos, cuando faltan tres meses para que se cumplan 10 años desde que Washington encabezó la invasión de este país centroasiático.

Este hecho coincidió con un acto de sabotaje en el noroeste de Pakistán, en que 16 pipas de combustible para las fuerzas de ocupación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fueron destruidas con una bomba que estalló en los alrededores de Peshawar, la tercera ciudad del país, que colinda con Afganistán.

La sucesión de explosiones no alcanzó a destruir el total de 28 pipas que se encontraban hoy en el sitio, pero este sabotaje contra bienes de la OTAN es el más contudente en este conflicto.

Ninguna organización antioccidental ha reivindicado el ataque, pero en acciones similares durante la guerra, los ejecutores han sido milicianos del talibán.

En Afganistán, la aeronave tipo Chinook fue derribada la noche del pasado viernes con cohetes lanzados desde tierra, en la provincia de Maidan Wardak, donde ha habido poca actividad de la resistencia talibán en la última década.

Los Chinook son naves especializadas en el transporte de tropas y tienen capacidad para 47 personas, incluidos los tres miembros de la tripulación. Éstas se caracterizan por su largo fuselaje y sus dos hélices en posición horizontal.

El helicóptero estadunidense que se estrelló durante la noche fue derribado por un cohete disparado por talibanes cuando despegaba, confirmó Shahidulá Shahid, portavoz del gobierno provincial.

Comunicado del mando militar

La OTAN evitó señalar a presuntos responsables del ataque al Chinook, pero confirmó que la nave se desplomó cuando participaba en una operación antitalibán.

Un helicóptero de la OTAN se estrelló este sábado y las operaciones de recuperación de los restos del aparato están en curso, dijo un comunicado del mando militar extranjero de la denominada Fuerza de Seguridad Internacional para Afganistán (ISAF, por sus siglas en inglés), que tiene a 130 mil soldados acantonados en Afganistán.

La ISAF no precisó la nacionalidad ni la localización exacta, pero Shahid indicó que el helicóptero se disponía a apoyar actividades antiguerrilleras en el desértico distrito de Sayd Abad.

Según la televisora CNN, 22 de los fallecidos en Maidan Wardak formaban parte del team 6 (unidad antiguerrillera) de los llamados Navy Seals (comandos especiales de mar, tierra y aire), que en mayo participaron en la operación que dio muerte al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en Pakistán.

El Departamento de Defensa estadunidense rechazó confirmar esta versión, aunque un portavoz de la dependencia, que pidió el anonimato, negó que los militares hayan actuado en Pakistán.

El presidente Barack Obama emitió un comunicado en el que reconoció el sacrificio extraordinario de los hombres abatidos. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, se declaró profundamente entristecido.

Hasta ahora, el acto de guerra de los talibanes que mayor daño había causado a la OTAN tuvo lugar el 28 de junio de 2005, con saldo de 16 muertos. En esa ocasión, otro helicóptero Chinook fue derribado en Kunar con el mismo tipo de armamento, un lanzacohetes.

Este año, por lo menos 374 soldados de la OTAN han fallecido en operaciones militares, según el sitio en Internet icasualties.org, que da seguimiento detallado a bajas por muerte registradas en los países invadidos por Estados Unidos y sus aliados, Afganistán e Irak.

Durante el primer semestre de 2011 perecieron mil 400 civiles, cifra que rebasa en 15 por ciento la cantidad de muertes civiles en la primera parte de 2010, de acuerdo con datos de la misión de Naciones Unidas para Afganistán.

Los hechos ocurridos hoy en Afganistán y Pakistán ratifican la tendencia a un escalamiento del conflicto, cuando Washington prepara el repliegue de sus fuerzas y la OTAN ha resentido el retiro de tropas de otros países aliados.

De manera simultánea al repliegue de contingentes extranjeros, la ISAF ha ido entregando el control de las operaciones militares al ejército gubernamental integrado y entrenado por la alianza occidental para enfrentar a la organización político-militar que gobernó Afganistán hasta la invasión de Estados Unidos y sus socios, en noviembre de 2001, con el pretexto de detener a los responsables de los ataques a Nueva York y Washington el 11 de septiembre de aquel año.