El detonante de los peores disturbios sociales ocurridos en Londres y otras ciudades británicas en décadas fue aparentemente la muerte de un hombre negro de menos de 30 años a manos de la policía en un barrio del norte de la capital, la semana pasada, pero expertos coinciden en que no puede tratarse sólo de eso.

No entiendo por qué este odio..., dijo al Wasington Post el propietario de una tienda destruida y saqueda.

La misma pregunta podrían hacerse miles de jóvenes ante los programas de austeridad del gobierno conservador británico que respondió a la crisis económica recortando subsidios educativos y cerrando centros juveniles, indicó el Post.

No hay nada para nosotros

Jóvenes entrevistados por el diario señalaron que destrozar una ciudad que al parecer se enriquece mientras sus barrios pobres se estancan los hace sentirse con poder.

El sector público es la mayor fuente de empleo de la gente que habita las zonas pobres de Londres y otras ciudades y los planes de austeridad marginan aún más a los niveles económicos más bajos. Esto no ocurre sin motivo. Ahora estos jóvenes se preguntan si su madre seguirá teniendo empleo. No tiene que ver con las razas, sino con ricos y pobres, señaló la abogada laborista, Diane Abbot.

Las organizaciones de beneficencia en Gran Bretaña dicen que la desigualdad se siente con mayor intensidad en Londres.

Somos nosotros contra la policía, contra el sistema, explicó a Reuters un joven desempleado de origen kurdo en el distrito de Hackney.

Ellos lo llaman saqueo y delincuencia. No es eso. Hay dos mundos aquí. Cada vez llega más gente de clase media y poco a poco nos expulsan de nuestros barrios. Las tiendas ponen precio a los productos como si fuera el West End, no podemos pagar las rentas. Somos parias. No hay nada para nosotros.