Frente a los cambios del entorno macroeconómico, el gobierno federal realiza adecuaciones para ajustar el proyecto de Presupuesto de Egresos del próximo año a lo que se puede y no necesariamente a todo lo que se quiere bajo las nuevas circunstancias, informó el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Carlos Montaño Fernández.

Las nuevas circunstancias macroeconómicas nos están haciendo revisar cómo es que las perspectivas pueden afectar el crecimiento de la economía, y por ello quizá la dinámica de ingresos, precisó el funcionario.

Y apuntó: Hacienda está preparando un presupuesto responsable, sin gastar más de lo que tenemos; esa ha sido la tónica de esta administración, buscando que el gasto sea lo que se puede, no necesariamente lo que uno quisiera, pero simplemente llegando a los límites que nos permiten los ingresos.

Apoyo al gasto social

En conferencia de prensa, el funcionario afirmó que la política de gasto gubernamental entre 2000 y 2011 ha sido orientada a gastar menos en la burocracia y mucho más en la gente.

Al grado, dijo, que los recursos destinados a los programas sociales (subsidios) como proporción del gasto corriente se elevaron de 5.2 por ciento en 2000, a 22.7 por ciento en 2011.

El PRI sostuvo la víspera que de 2006 a 2010, el gasto corriente del gobierno federal creció tres veces lo que creció la deuda de los estados y del Distrito Federal, a lo cual el subsecretario de Egresos refutó que el gasto corriente en dependencias y entidades ha aumentado a una tasa media anual de 4.6 por ciento desde 2000 a 2011, y sostuvo que el gobierno federal ha hecho un gran esfuerzo en ser más eficiente, reduciendo los servicios personales y el gasto de operación como proporción del gasto corriente.

Así, agregó: En 2011 se observa una mejor composición, en la que los subsidios, es decir, los fondos que se aplican en los programas sociales y de fomento económico que aplica el gobierno federal, han aumentado en más de 18 puntos porcentuales en el periodo de referencia, y al mismo tiempo, como proporción del gasto corriente, los servicios personales, esto es, la nómina de sueldos, han disminuido en importancia al pasar de 44.8 por ciento del gasto corriente en 2000, a 31.4 en 2011.

Por lo que respecta a la orientación del gasto público en ese periodo, que casi coincide con las administraciones de gobierno surgidas del Partido Acción Nacional (PAN), Montaño Fernández ponderó que ha sido la de destinar menos recursos a la burocracia y más hacia la gente.

En esta administración, dijo, se ha buscado reorientar el destino de los recursos hacia el gasto social. En 2000, por cada peso gastado en servicios personales se gastaban 30 centavos en programas sociales. En 2011, por cada peso gastado en servicios personales se gastan 2.4 pesos en programas sociales, contrastó.