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El libro digital amenaza ese tipo de acervos, dice titular del CNCA

Concretan la adquisición de la biblioteca de Jaime García Terrés
 
Periódico La Jornada
Jueves 18 de agosto de 2011, p. 5

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) adquirió la biblioteca del escritor, editor, promotor cultural y traductor Jaime García Terrés (1924-1996), anunció su titular, Consuelo Sáizar.

La inversión para este acervo fue de 16 millones de pesos, a los que se sumarán 12 millones más para acondicionar una de las crujías de la zona poniente de la Biblioteca de México José Vasconcelos, en el histórico recinto de La Ciudadela.

Del proyecto de adecuación de la crujía se hará cargo el arquitecto Jose Castillo, quien precisó que se trata de un espacio de 174 metros cuadrados y 6.5 metros de altura, que albergará 19 mil 386 libros, mil 98 publicaciones periódicas y el archivo personal de García Terrés.

Se colocarán libreros empotrados en los muros laterales y también libreros bajos en el centro de ese espacio, así como una sala de lectura en la que habrá una réplica del escritorio donde trabajaba don Jaime; del plafón colgará una instalación de Perla Krauze.

Castillo elaboró el proyecto sin mediar licitación pública, sino por invitación directa, indicó Sáizar, quien destacó la importancia de que la biblioteca de García Terrés esté abierta al público en general, al igual que las de José Luis Martínez y Antonio Castro Leal, las cuales forman parte de un proyecto para hacer de La Ciudadela una biblioteca de bibliotecas con capacidad para albergar 15 acervos bibliográficos de destacados intelectuales.

Se espera que al final de esta administración estén listas cuatro o cinco de esas bibliotecas personales y por lo pronto continúan las pláticas con las familias del poeta Alí Chumacero y el cronista Carlos Monsiváis, aunque primero se debe resolver la cuestión testamentaria.

Recuperar bibliotecas personales forma parte del Proyecto Cultural del Siglo XXI, para el que es prioritario preservar las bibliotecas del siglo XX ante la aparición del libro digital, que no amenaza la edición en formato de papel, pero sí las bibliotecas personales, destacó Sáizar.