Jueves 18 de agosto de 2011, p. 44
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) rescindió el contrato al profesor Arturo Noyola Robles, de la carrera de lengua y literatura hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL), quien fue acusado por una estudiante de hostigamiento sexual.
La semana pasada, estudiantes y diversos colectivos feministas de esa facultad realizaron una movilización hasta la torre de Rectoría para denunciar al docente, quien incluso ha impedido que la chica agredida concluya su proceso de titulación
.
Luego de revisar el expediente, la Dirección de Asuntos Jurídicos de la UNAM resolvió despedir al profesor por conductas ajenas al espíritu universitario
, informaron los denunciantes.
En los sectores feministas de la comunidad universitaria se celebró la resolución, pues se demostró que la UNAM es consecuente
con sus principios en el apoyo e impulso a la equidad de género.
El miércoles de la semana pasada los denunciantes de Noyola Robles dieron a conocer grabaciones de llamadas telefónicas y otros elementos que –dijeron– inculpaban al docente, e hicieron una petición directa al rector José Narro exponiendo el caso.
La afectada dio a conocer su situación ante el consejo técnico de la FFL el pasado 24 de junio, y también presentó una denuncia penal por estos hechos.
Los estudiantes y otras fuentes cercanas al caso exhortaron a quienes hallan sido víctimas de hostigamiento sexual o académico por éste o algún otro profesor a denunciarlos ante las instancias universitarias correspondientes.
Cabe recordar que en marzo de este año, estudiantes del plantel siete de la Escuela Nacional Preparatoria denunciaron a dos maestros por acoso académico
. En esa ocasión las autoridades universitarias también dieron la razón a los jóvenes y rescindieron el contrato de los maestros Patricia Marcelino García y Carlos Gloria.
Esas acciones derivaron de las denuncias contra ambos docentes por abusos en sus funciones académicas. Como informó La Jornada, los alumnos de esa comunidad universitaria denunciaron entonces que Carlos Gloria, profesor de educación para la salud, hostigaba sexualmente a algunas estudiantes y las extorsionaba para que aprobaran su materia; y a Patricia Marcelino, maestra de literatura, la acusaron de obligarlos a comprar dos libros –por 500 pesos– que ella misma promovía, sin permitir fotocopias, bajo pena de no dejarlos entrar a clases.