La comedia se escenifica en el teatro Coyoacán, los viernes
Viernes 19 de agosto de 2011, p. 9
“En la obra de teatro Grandes hombres vemos... perversiones no sabemos, escrita por Marcos Lifshitz, Sigmund Freud sicoanaliza a Charles Darwin y encuentra algunas cosas relativas a la madre del científico”, expresó en entrevista el actor Al Castillo, quien interpreta al autor de El origen de las especies.
Ramón Sámano personifica al autor de La interpretación de los sueños, en una pieza que se escenifica en el teatro Coyoacán.
Se trata, precisó, de una comedia sobre la historia individual y colectiva de la sexualidad, que hace comprensibles las teorías de Darwin y de Freud, mediante el desfile de personajes históricos y un tanto histéricos
. No obstante, aclaró, no es una obra difícil o impenetrable, sino todo lo contrario, pues hay humor agudo, punzante, esquizofrénico. Darwin no es Darwin, sino un loco que se cree Darwin. Todo se desarrolla en un hospital siquiátrico y un médico, un policía que no soporta un delirio, como decía Antonin Artaud, es Freud.
Es drigida por Octavio Salazar-Villava, quien por segunda vez aborda un texto de Marcos Lifshitz, pues esta dupla ya realizó el mítico montaje de Frida, un canto a la vida, el musical sobre la vida de la pintora.
Al Castillo es originario del Distrito Federal; lleva 25 años de actor, sobre todo en la comedia. “Ya llevamos unos años en esto, pero seguimos aprendiendo. Esta nueva obra realmente es una confrontación ideológica entre Darwin y Freud. Yo soy Darwin, o creo que soy Darwin. Ramón Sámano hace que es Freud y me quiere sicoanalizar. No se trata de una obra pesada; de hecho yo le puse cienficómica, porque plantea las dos teorías de estos dos revolucionarios científicos.
El trato es humorístico, para que a la gente se le haga más digerible. Creemos que por medio del humor es más fácil comprender cualquier información. Es adecuada para adolescentes, preparatorianos, que quieren que les quede claro el sentido de las dos teorías. No obstante, si alguien quiere ir sólo a divertirse puede hacerlo.
Antes de esta obra, Al Castillo sólo había tenido contacto con las ideas de Freud, “a raíz de mi personaje ya me interesa Darwin. Como todo revolucionario en las ideas, fue un incomprendido. Los que van a la vanguardia son incomprendidos en su tiempo, y más con algo que va contra la religión. La ciencia elimina paradigmas y por eso Darwin es vigente, actual.
“Esta obra despierta el interés para leer más a Freud y a Darwin. El director planteó la obra de una manera extraordinariamente ágil. A Darwin le pesa mucho haber tenido un padre autoritario. Tenía un cariño especial por una hermana.
A su vez, Freud, el padre del sicoanálisis, tenía problemas muy severos. Viajó por primera vez en los 50 años, debido a ciertas fobias. Darwin, según el Freud de la obra, tenía temor a no ser aceptado y rechazado por la sociedad. Su madre murió cuando él tenía ocho años. El padre lo castró en ciertos aspectos.
Otros personajes que pasan son Sor Juana Inés de la Cruz y Albert Einstein.
Completa el cuadro la coreógrafa Klaudia Casillas, quien no sólo asiste el montaje, sino que apoya en escena como muda enfermera del doctor Freud.
La obra se escenifica en el teatro Coyoacán, ubicado en Héroes del 47 número 122, Coyoacán, los viernes, a las 20:30 horas.