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Indicios de nueva recesión mundial
Ola de ansiedad causa recaída de los mercados

EU y zona euro, peligrosamente cerca de un retroceso: firma Morgan Stanley

Se aviva temor luego de que banco europeo recurre a línea especial de crédito

La BMV pierde 2.36%

El oro alcanza nuevo récord: mil 825 dólares por onza

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La bolsa de Fráncfort retrocedió 5.82 por cientoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de agosto de 2011, p. 2

La calma de los últimos días sólo fue la antesala de un nuevo chubasco. La posibilidad de que la economía mundial enfrente una nueva contracción y de que la crisis de la deuda pública en Europa se transmita al sistema financiero cobró nueva fuerza y provocó una ola de ventas de acciones en tres continentes, lo cual llevó al terreno de las pérdidas a prácticamente todas las bolsas, entre ellas la de México. No podemos asegurar que estamos cerca de que se estabilicen las cosas, aceptó ayer Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, quien pronunció esas palabras mientras todas las pizarras bursátiles del planeta marcaban registros en rojo. Por un buen tiempo tenemos que adecuarnos a un entorno volátil, agregó.

Después de una ola de pérdidas, que se inició en Asia y siguió en Europa, las bolsas de valores del continente americano abrieron las operaciones del jueves con una marcada tendencia de pérdida, que prevaleció a lo largo de la jornada.

En esta ocasión el disparo de salida hacia inversiones más seguras, como el oro –que rozó un nuevo precio histórico–, sonó cuando se hicieron públicos reportes sobre la banca europea, que entre sus activos tiene fuertes sumas de bonos de países con problemas de deuda pública. Los mercados debieron, además, encajar nueva información que abona a la idea de que las economías de Estados Unidos y de Europa caminan hacia una nueva recesión, como expresó Morgan Stanley.

En la jornada del jueves, las bolsas de valores de Tokio, Hong Kong y Shangai cerraron con pérdidas de 1.25, 1.34 y 1.79 por ciento.

En Europa, Londres se contrajo 4.49 por ciento, París 5.48 y Fráncfort 5.82, mientras la bolsa española redujo su valor en 4.70 puntos porcentuales.

En el continente americano, el índice de valores industriales Dow Jones se depreció 3.68 por ciento, mientras que el Standard and Poor’s de 500 valores –una aproximación más amplia al comportamiento del mercado de acciones en Estados Unidos– retrocedió 4.46 por ciento.

Las bolsas latinoamericanas siguieron esa misma tendencia. La de México cayó 2.36 por ciento, mientras la de Brasil retrocedió 3.52. El peso mexicano se depreció 15 centavos respecto de la cotización de la víspera, al cerrar en 12.33 por dólar para las operaciones de mayoreo, las más representativas del mercado de divisas en el país.

A su vez, Banamex reportó que el peso mexicano se depreció 0.80 por ciento, al cerrar en 12.40 por dólar, frente a los 12.30 del miércoles, en operaciones en ventanilla.

Los bancos, otra vez

La primera inyección de pánico que recibieron los mercados financieros fue relacionada con el sistema bancario europeo. Los bancos franceses y alemanes tienen una alta exposición a la deuda de países como Grecia e Irlanda, que enfrentan una crisis sin precedente en la historia de la Unión Europea para financiar sus pasivos.

Así que no sentó nada bien a los gestores de fondos en los mercados bursátiles la noticia de que un banco europeo, todavía no identificado, había decidido recurrir a una línea especial de préstamo abierta por el Banco Central Europeo para solicitar liquidez por 500 millones de euros.

Ese es el tipo de noticia que lleva a la imagen de una serpiente que se muerde la cola. Si el mercado de crédito comienza a percibir que una de las contrapartes tiene dificultades de liquidez, eleva el costo de financiar el conjunto, lo que lleva a que uno u otro intermediario al final desembolse más para obtener recursos, y eso aumenta su fragilidad.

Ayer mismo, la agencia Reuters reportó que algunos bancos europeos son obligados a pagar más por el acceso a créditos de corto plazo en dólares estadunidenses, ante el temor a que la crisis fiscal de la zona euro pueda inocularse al sector financiero, centro neurálgico de la economía mundial.

La ola de ansiedad de los mercados financieros, como la califica Reuters, creció más por la tarde de Europa (la mañana en la costa este de Estados Unidos). El diario Wall Street Journal publicó que la Reserva Federal (banco central estadunidense) vigila con más atención a las unidades estadunidenses de los grandes bancos europeos.

Lo que la Fed busca evitar, según el rotativo, es que los problemas de deuda de Europa puedan transmitirse al sistema bancario estadunidense, que apenas salió de la sala de terapia intensiva a la que ingresó después del colapso de la banca de inversión en 2008 y la posterior nacionalización temporal –ya revertida– de varias de las mayores firmas emblemáticas de Wall Street, entre ellas Citigroup.

Los temores sobre la solidez de los bancos franceses y alemanes está relacionada con la exposición que tienen ante un posible impago de su deuda por el gobierno griego, especialmente.

Lo anterior, debido a que durante los años dorados del auge de liquidez se dedicaron a prestar grandes sumas de dinero a países como Grecia, Irlanda y Portugal, así como a los de la antigua Europa comunista, que ahora deben pagar las cuentas no sólo en momentos en que tienen poco dinero en el bolsillo, sino cuando sus déficit fiscales –la diferencia entre los ingresos y el gasto público– supera el valor de sus economías.

Grecia, según datos del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), tiene una deuda pública y privada con la banca extranjera por el equivalente a 137 mil 726 millones de dólares.

La banca europea es acreedora de 93 por ciento de ese total, de acuerdo con el BIS, que agrupa a los bancos centrales de todo el mundo.

La banca francesa es la principal acreedora de Grecia, con el equivalente a 53 mil 25 millones de dólares, 38.5 por ciento del total; el segundo sitio lo ocupa la alemana, con 35 mil 257 millones de dólares, 24.7 por ciento del total. La banca inglesa, que se sitúa en tercer lugar, tiene 9.5 por ciento.

Se puede resumir así: si Grecia cae, es decir, si deja de pagar, se lleva consigo a los bancos europeos. Por eso los que mueven los mercados financieros, el bursátil entre ellos, andan estos días con los pelos de punta.

Cerca de la recesión

Los temores sobre la solidez de los bancos de Alemania y Francia, primera y segunda economías de la zona euro, se adicionaron a la cada vez más extendida preocupación de que Estados Unidos, principal economía del planeta, se encamina a una recesión. Y ahora también Europa se encamina hacia esa zona gris, según un reporte publicado ayer.

Estados Unidos y la zona euro están peligrosamente cerca de una recesión, aseguró Morgan Stanley, de acuerdo con un reporte de Reuters.

La firma cuestionó a las autoridades políticas en Washington y Bruselas por no tomar medidas más firmes para contener la crisis de deuda pública.

Si eso no era suficiente para que los gestores de inversiones buscaran vender posiciones en acciones, el alemán Deutsche Bank aseguró ayer que China, la segunda economía mundial, va a crecer menos de lo previsto hasta ahora.

Mientras las previsiones sobre el crecimiento de las mayores economías van a la baja, no es de extrañar que ayer se hayan reducido todavía más los precios del petróleo en los mercados de Nueva York y Londres, ante la expectativa de un menor consumo en los siguientes meses. El crudo Brent, de referencia en Europa, retrocedió 3.61 dólares, para situarse en 106.9 por barril. El tipo West Texas Intermediate, de referencia en el continente americano, se negoció en 82.38 por barril, 5.23 menos que la víspera.

El barril de la mezcla mexicana de crudo se vendió ayer en 94.98 dólares, 4.34 menos que el miércoles.

En cambio, el oro –tradicional refugio de inversionistas en momentos de incertidumbre– consiguió un nuevo precio récord. Alcanzó mil 825 dólares la onza, casi 10 dólares más que el anterior récord, de mil 814.95, registrado el 11 de agosto.

Con información de Reuters y Afp