Playa del Carmen, QR, 19 de agosto. Al presentar a los diputados del PRI la propuesta de la UNAM sobre una política de Estado para la seguridad y la justicia, el rector José Narro resaltó que cualquier estrategia en la materia necesariamente debe partir de la protección, defensa y respeto a los derechos humanos.

En una ponencia ante legisladores y los manadatrios de Chihuahua y Durango, Horacio Duarte y Jorge Herrera, respectivamente, Narro insistió en el retorno de los militares a sus tareas constitucionales. Sostuvo que sin el uso legítimo de la fuerza no se pueden vencer las estructuras complejas del crimen organizado, pero que sin otras medias sociales y educativas tampoco se resolverá el problema de la inseguridad.

Tiene que haber un fortalecimiento del liderazgo civil, porque estas estructuras delictivas tienen su origen, en muchos casos, en los cuerpos de seguridad, resaltó.

Narro explicó que la propuesta será presentada el miércoles a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), y el jueves a los grupos parlamentarios de PAN y PRD en sus respectivas reuniones plenarias en Morelia.

Confirmó que recibió la invitación del presidente Felipe Calderón para dialogar sobre el proyecto universitario y que sólo está a la espera de que el Ejecutivo le confirme el día y la hora.

Anticipó que la UNAM echará a andar un programa piloto de justicia en conjunto con los gobiernos de las entidades donde hay campus de la máxima casa de estudios. Además, expuso, se está elaborando un acuerdo para aplicar un programa universitario de derechos humanos y se convocará a un foro de política sobre drogas, porque es un tema que debe abrirse a la discusión.

La intervención del rector José Narro en la plenaria del PRI fue recibida con curiosidad por la bancada, incluso lo invitaron a incorporarse a la foto oficial en medio de una ruidosa goya. Luego, los diputados quisieron tomarse una fotografía solos con el rector, incluso la diputada Marcela Guerra, quien sólo lo escuchó diez minutos y se retiró del salón.

Uno de los ejes centrales de la exposición del rector ante los priístas fue su preocupación por atender a los millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Si no hacemos nada por ellos estaremos cometiendo una equivocación histórica gravísima, alertó.

En ese sentido, expuso que deben aprobarse programas que propicien su permanencia en la educación y su debida incorporación al sistema laboral. Esto, subrayó, no se está haciendo bien y ahí están las cifras oficiales que con toda crudeza revelan el problema de los jóvenes mexicanos que ni estudian ni trabajan.

Asimismo, en entrevista al término de su exposición, resaltó que casi todos los mexicanos tiene un hermano, un hijo o un familiar en edad de estudiar o trabajar, los cuales no encuentran lugar en las universidades ni en las fuentes de empleo, y lo más grave es que pasan cosas con ellos que nadie quiere que ocurran.

El rector Narro recordó que él expresó que una salida muy simple para los mexicanos jóvenes conocidos como ninis es darles el estatus de sisis, esto es, que sí estudien y sí trabajen, darles oportunidad de formación, deporte y el desarrollo de sus potencialidades. Tenemos que darles eso y asegurarnos que esta generación tenga empleo completo, digno y con un salario adecuado, afirmó.

El doctor Narro lamentó que con frecuencia se subordinen las políticas públicas a intereses legítimos, pero que corresponden sólo a un sector de la sociedad. Se vale, los intereses son legítimos, pero pensemos que todos los mexicanos tenemos que hacer un esfuerzo y pensar en conjunto, no en un sector, afirmó.

Narro planteó nuevamente que las políticas públicas deben centrarse en los jóvenes, quienes requieren una atención que no se les está dando. Tiene que haber un rediseño de las políticas de empleo, un fomento a la estabilidad laboral y acciones concretar para favorecer la capacitación de los trabajadores, dijo.

Finalmente, expresó que parte de las propuestas de la universidad se enfocan en constituir un registro nacional de víctimas de la violencia y en que el Congreso apruebe una ley para la reparación del daño. Nos tenemos que hacer cargo de lo que ha pasado en le país; de las centenas de miles de casos de afectados. Tenemos que encontrar la manera de tener una respuesta. No es posible que, simplemente, hagamos como que algunas cosas no han sucedido, concluyó.