El autor lanza una biografía
de Piedra de Sol, de Octavio Paz
desprenda de la tradición; es radical
Domingo 21 de agosto de 2011, p. 4
La pulsión del surrealismo, la escala elevada del endecasílabo, las visitas de Venus, el mundo clásico y el silencio en torno a la poesía de Octavio Paz, son temas que aborda el ensayista y poeta Víctor Manuel Mendiola, en su libro más reciente, El surrealismo de Piedra de Sol, entre peras y manzanas, de la colección Letras Mexicanas, del Fondo de Cultura Económica.
En el volumen, el autor muestra un panorama de la compleja recepción que tuvieron algunas obras fundamentales de Octavio Paz como ¿Águila o Sol?, Piedra de Sol y El arco y la lira. Señala que la crítica literaria rechazó el surrealismo porque lo veía como una corriente contraria, tanto artística como políticamente, al arte derivado de la Revolución Mexicana.
En charla con La Jornada, Mendiola sostiene que Piedra de Sol, de Octavio Paz, es un poema actual que permite encontrar una poesía mexicana que estaba extraviada; resulta interesante, porque enlaza con una tradición muy rica del país
.
Lamenta que exista en la poesía contemporánea un rechazo hacia las que aluden a las raíces nacionales, como Piedra de Sol: “la poética joven se ha desprendido, no entiende la tradición mexicana, es muy radical. Es un poema de poder que permite aproximarte a esa riqueza y esa singularidad es Piedra de Sol, con sus 584 versos que corresponden a las 584 días de la conjunción de Venus con el Sol y con sus 33 estrofas”.
El texto de Mendiola es una biografía
del poema de Paz y no sólo se remite a los aspectos estéticos de Piedra de Sol, sino que ahonda en las condiciones, las circunstancias y la red de símbolos y discusiones que había en ese momento alrededor del poema.
Es la biografía de un poema, tal es el intento, la propuesta
, explica el autor, quien observa con mirada crítica la obra del Nobel de Literatura y las circunstancias en que se gestó y se publicó dicha obra.
En palabras del ensayista y poeta: “Piedra del Sol es un poema del tiempo que borra a los hombres; un poema del instante, del eterno instante amoroso, que nos despierta, por fortuna, a todos –o a casi todos– a las felicidades inminentes”.
Mendiola presenta una discusión de carácter estético de las cualidades retóricas y eróticas del poema, pero siempre vinculadas con la discusión de fondo acerca de si el poema pertenece al periodo tardío de la poesía mexicana o a otro ámbito de la literatura.
Asegura que el surrealismo es un elemento que está permeando todo el tiempo en Piedra de Sol, pero no es surrealista, ya que se puede advertir al mismo tiempo la pulsión de ese movimiento y una fuerza clásica a la que se opusieron todas las vanguardias.
“El poema –explica el ensayista– acaba siendo un poema original, extraño, largo, metafísico, que desvaría, y en ese estado hay una unidad fortísima y además celeste, porque sigue el tiempo que tarda el Sol.”
Al referirse al trasfondo histórico que marcó al poema de Paz, Mendiola señala que la guerra civil española juega un papel importante, pero al mismo tiempo en las estrofas está presente la imagen de la vida del hombre moderno.
Al leer el poema te das cuenta de que Paz retrata el mundo contemporáneo y a su vez se observan escenas donde se vislumbra un México anterior, uno lopezvelardiano, con arcos y calles empedradas, no la avenida Reforma, ese México de época de rancho grande
, agrega.
“Quizás Piedra de Sol –señala Mendiola– es un punto intermedio entre el socialismo científico y el liberal en que desembocó su pensamiento; un hilo en el laberinto que estamos condenados a recorrer en el nuevo tiempo desconocido de la ciudad que casi ha abolido el ritmo viejo del campo y con él la conciencia de los ciclos de la Tierra y el cielo, como una experiencia inmediata y real de nuestro cuerpo. Piedra de Sol es el poema de la escritura del tiempo instantáneo.”