El menor crecimiento de la economía puede provocar que se reduzca ligeramente la demanda de alimentos por una baja en el poder adquisitivo, consideró Enrique Flores, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Entrevistado a propósito de los resultados que alcanzó el PIB durante el segundo trimestre del año, el presidente del IMEF destacó que la caída en la producción agropecuaria de 3.7 por ciento en el mismo periodo explica gran parte de la reducción en el ritmo de crecimiento de la economía, que apenas llegó a 3.3 por ciento en general.

Efectivamente hay una reducción en la producción de alimentos, sobre todo en los no industrializados, y eso incide tanto en sus propios precios como en los de toda la cadena de productos alimenticios, dijo.

En consecuencia, esa baja en la demanda puede contribuir a neutralizar el alza en los alimentos, pero Flores Rodríguez advirtió que hasta ahora se mantienen en niveles elevados y lo más probable es que se mantengan así un buen tiempo.

El domingo este diario publicó declaraciones de Rubén Ríos Bastida, presidente de la Central de Abasto de la Ciudad de México, Asociación Civil, sobre el desplome de entre 40 y 50 por ciento en las ventas de alimentos en ese centro de distribución durante los últimos meses, y que atribuía tanto a las vacaciones de verano como a la situación económica.

Dado que todavía en el primer trimestre las actividades primarias crecieron 2.2 por ciento, el presidente del IMEF dijo que pareciera que las heladas que hubo en gran parte del norte del país afectaron las cosechas de alimentos para el segundo trimestre del año y ello pudiera estar detrás de esta caída de la agricultura, porque en las actividades industriales, comerciales y de servicio todavía se reportó buen ritmo de crecimiento.

El sector que ha sufrido más es el primario, aunque pudiera ser por estos factores coyunturales, insistió, pero el más expuesto de aquí hacia los próximos meses es el secundario, por la exposición a la economía de Estados Unidos, dijo.