Hasta el momento más de 80 presuntos integrantes de ese cártel han sido procesados
Lunes 22 de agosto de 2011, p. 10
Más de 81 integrantes del cártel de Los Zetas han sido detenidos en México desde que se descubrió en agosto de 2010 la matanza de 72 migrantes en el pueblo de San Fernando (noreste), Tamaulipas; pero, a un año de ocurrida la tragedia, ninguno de ellos ha sido sentenciado, admitió la fiscalía.
Sentenciados no hay ninguno
, dijo esta semana a la Afp un portavoz de la Procuraduría General de la República, sin dar mayores detalles sobre las investigaciones.
Según un informe presentando por la dependencia el 30 de junio pasado, a propósito de la presentación de uno de los detenidos, 81 presuntos delincuentes se encuentran
en prisión sometidos a proceso judicial.
San Fernando, ubicado en el estado de Tamaulipas (noreste), a 160 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, se convirtió a finales de agosto de 2010 en sinónimo de pueblo maldito, tras el hallazgo de 72 migrantes de Centroamérica, Ecuador y Brasil, masacrados en un rancho.
Las autoridades atribuyeron la matanza al cártel de Los Zetas, sanguinaria organización formada en la década de 1990 por militares de elite desertores que fueron reclutados por el narcotráfico.
En esa misma localidad fueron descubiertas en abril pasado 40 fosas clandestinas con 195 cadáveres, la mayoría de mexicanos que fueron secuestrados y asesinados cuando viajaban en autobuses hacia la frontera, con el propósito de cruzar hacia Estados Unidos.
La masacre de agosto de 2010 marcó un antes y un después en la historia del crimen organizado en México
, comentó a la Afp Guadalupe Correa, académica de estudios de gobierno de la Universidad de Texas, en Brownsville, Estados Unidos.
La importancia de lo ocurrido en San Fernando es enorme por su magnitud, la vulnerabilidad de las víctimas y porque involucra a la comunidad internacional al tratarse de un fenómeno de crimen organizado trasnacional, añadió Correa.
Las declaraciones de algunos detenidos apuntan a que la matanza fue ordenada por Heriberto Lazcano, alias El Lazca, señalado como máximo líder de Los Zetas y uno de los fundadores de la organización.
Édgar Huerta, alias El Wache, detenido en junio pasado, declaró a las autoridades que él encabezó en agosto de 2010 el secuestro de dos camiones de carga en cuyo interior viajaban escondidos los indocumentados, que luego fueron asesinados tras una orden de Lazcano.
Las investigaciones apuntan a que el móvil del crimen fue la negativa de los migrantes a unirse a Los Zetas.
Jesús Enrique Rejón Aguilar, alias El Mamito, tercero en la estructura de mando del cártel de Los Zetas y quien fue aprehendido el 3 de julio pasado, era el responsable de dirigir en San Fernando un campo de entrenamiento de sicarios, publicó esta semana el portal de Internet Reporte Índigo.
Bitácora criminal
El portal reveló parte de un expediente, presuntamente elaborado por la fiscalía mexicana, en el que aparece una bitácora de las actividades de este criminal, que al menos entre 2005 y 2006 se trasladaba constantemente a San Fernando, donde también torturaba e incluso usaba a sus víctimas para campos de tiro con blancos humanos.
Rejón, ex integrante de las fuerzas especiales del Ejército mexicano y desertor en 1999, está preparado para desarrollar despliegues rápidos por tierra, mar y aire, efectuar operaciones de emboscada, y de búsqueda y rescate de rehenes, indica el expediente.
La fiscalía mexicana se negó a hablar sobre la autenticidad del documento.
El Mamito, detenido cuando viajaba hacia una ciudad del sur del país a visitar a su madre, se daba el lujo de asistir a concurridas competencias de caballos en diferentes localidades, donde apostaba hasta 500 mil dólares en una carrera, sostiene el documento.
La masacre no es un hecho aislado; se trata de una práctica planeada y sistemática que involucra a más de un grupo del crimen organizado. Incluye autoridades cómplices, mafias, contrabandistas, traficantes de personas y otros que forman parte de una compleja red que no ha sido desmantelada ni afectada en lo esencial
, puntualizó Correa.