Miércoles 24 de agosto de 2011, p. a15
Madrid. Yo no aprendo a ser hipócrita. Ni aprendo ni quiero
, dijo el entrenador del Real Madrid, José Mourinho, luego de 136 horas de silencio, y lo hizo para volver al primer plano, acaparando la atención tras el rumor de que consideraba dejar al club merengue. Pero sobre todo, al conseguir lo que nadie antes había podido en el balompié español: que un juez actúe de oficio y evalúe la posibilidad de sancionarlo al margen del acta arbitral, a partir de las imágenes trasmitidas por televisión. El día tuvo de todo. Comenzó con la posibilidad de la renuncia de Mourinho, siguió con la propuesta de sanción por su actuación en la Supercopa y finalizó con una encendida declaración de principios en la que el propio entrenador aseguró que no cambiará su forma de ser.