El copiloto de Aeroméxico Rubén García García fue detenido el pasado 18 de agosto cuando intentaba ingresar 42 kilogramos de cocaína al aeropuerto internacional de Barajas, España, informó ayer la embajada de México en aquel país.

En un comunicado, la legación detalló que fue notificada por el Ministerio del Interior y la dirección general de la policía y la guardia civil (vía fax fechado el mismo 18 de agosto) del arresto del copiloto, quien viajaba en el vuelo AMX-001 procedente de la ciudad de México. García García fue consignado ante un juez e ingresado en el centro penitenciario de Soto del Real.

Las autoridades consulares mexicanas se reunieron con el detenido, de quien verificaron su identidad, estado de salud y confirmaron que cuenta con un abogado de oficio.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) afirmó que dará puntual seguimiento al caso de García García para que el connacional cuente con el debido apoyo legal enfrentar el proceso por los delitos que se le imputan.

Por su parte, la empresa Aeroméxico informó que suspendió la relación laboral con su copiloto, circunstancia que prevalecerá hasta la conclusión de las investigaciones respectivas.

Grupo Aeroméxico lamenta profundamente este hecho y expresa su mejor disposición para coadyuvar con las autoridades, de manera que se deslinden las responsabilidades que correspondan, planteó la aerolínea en un comunicado.

A este caso se suma el antecedente de tres sobrecargos, a quienes la Policía Nacional de España decomisó 140 kilogramos de cocaína el 9 de diciembre pasado cuando trasladaban la droga en su equipaje al momento de arribar al aeropuerto de Barajas.

Según la Policía Nacional de España, ese cargamento representó el mayor decomiso de cocaína en la historia de la terminal aérea. Los detenidos fueron identificados como Gerardo Z.A., Luis A.G. y Eduardo P.A. Fuentes aeroportuarias señalaron que los sobrecargos venían como pasajeros en un vuelo de Aeroméxico.

Tras la detención del copiloto García, las autoridades españolas lo informaron al gobierno de México con la intención de realizar una indagatoria bilateral que permita a ambas naciones confirmar la existencia de una presunta red de tráfico de droga encabezada por algunos empleados de Aeroméxico, quienes al menos desde hace tres años estarían llevando de México a Europa cargamentos hormiga, fundamentalmente de cocaína, dijeron fuentes gubernamentales nacionales.

Los pilotos, copilotos y sobrecargos de cualquier aerolínea tienen altas posibilidades de llevar cargamentos de contrabando de México a otros países, debido a que la legislación internacional en materia de aeronáutica civil es benévola con los integrantes de la tripulación de una aeronave comercial, pues evaden la mayoría de los controles de vigilancia aduanal que establecen las autoridades las naciones, con excepción de Estados Unidos, cuyas políticas de seguridad son sumamente restrictivas, indicaron las fuentes.

En el caso de García García, sus compañeros de trabajo lo conocían como El Chinampina Jr. o Chinampinita. Versiones de trabajadores de Aeroméxico –que pidieron el anonimato– indican que el copiloto detenido en España es muy espléndido y a menudo pagaba las cuentas de sus amigos en bares y restaurantes y hacía ostentación de riqueza.

Por su parte, funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) consultados este martes aseguraron a La Jornada que hasta el momento no se ha abierto ninguna averiguación previa por presunto contrabando o delitos contra la salud en contra de trabajadores de Aeroméxico. Sin embargo, admitieron que existe un intercambio de información con las autoridades antidrogas de España, a partir de la detención de García García, quien ha declarado ante fiscales de ese país que no es el único miembro de alguna tripulación aérea que se dedica a introducir droga en sus maletas personales.