A iniciativa del pintor Francisco Toledo se realizará el simposio Mundo, arte y muerte: sobre la determinación de Martin Heidegger del lugar del arte moderno en el pensamiento del Ereignis, a partir del 29 de agosto en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), Etla, Oaxaca, de cuyo consejo de planeación es presidente honorario.

A lo largo de seis días, 17 especialistas de Alemania, Austria, Chile, Colombia, Croacia, Italia y México discutirán acerca de la obra del filósofo alemán y su relación con el arte. La idea es efectuar el simposio cada dos años; el próximo estaría dedicado a Friedrich Nietzsche.

Conocer la obra del pintor Paul Klee fue una revelación para Heidegger (1889-1976), quien quedó profundamente conmovido, porque se dio cuenta de que en el arte se puede mostrar la verdad, expresó el también filósofo alemán Markus Raab.

De allí que el integrante del comité organizador del simposio expresó su beneplácito de que el hijo y nieto del autor de Ser y tiempo hayan puesto a nuestra disposición un manuscrito inédito de la herencia de Heidegger sobre Klee, el cual incluye un pequeño dibujo del primero.

Este diálogo con el arte no se va a limitar a Klee, sino que vamos a enfocarnos en Francisco Toledo y otras facetas del arte contemporáneo mexicano, apuntó Raab, quien el 3 de septiembre ofrecerá la plática Heidegger, Klee, Toledo: tentativa de una conversación política.

Aunque el croata Damir Barbaric, autoridad máxima en el tema de Heidegger y su relación con el arte, dijo no conocer suficientemente bien la producción del juchiteco, acotó que a primera vista hay cosas que llaman la atención entre la obra de Klee y Toledo, como el énfasis en lo dinámico, lo genético del mundo, que tanto en Toledo como en Klee muestra esta continua metamorfosis de lo vivo, que hay una penetración mutua de lo animal, de lo elemental, y que está en continua transición.

Otro aspecto que se da en ambos es el predominio de la fantasía, de la imaginación, siguió Barbaric. Los dos tienen una relación positiva con lo intelectual, pero se percatan de sus límites. Cada uno a su manera ve lo mítico más allá de lo que accesible mediante lo intelectual.

Armando Colina, integrante del comité organizador y director de la galería Arvil, agradeció a la Universidad Nacional de México (UNAM) y al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes haber apoyado este proyecto, que el maestro Toledo aceptó e impulsó desde el momento en que tanto Markus Raab y yo se lo propusimos.

Amigo del artista desde hace 50 años, Colina dijo: hemos tratado de apoyar algunos de sus proyectos, como la cineteca El Pochote, para lo cual creamos el premio internacional al cine digital con el mismo nombre.

Respecto de la elección del filósofo al que se dedicaría esta primera actividad, se tomó en cuenta “la orientación social, política en el pensamiento de Toledo, quien no ve al ser humano como el centro de todo. Eso nos llevó directamente a Heidegger, quien ha hecho de eso su tema: cómo el ser humano se muestra en el mundo, en el ensayo El origen de la obra de arte”.

Otro aspecto a considerar equivale a una crítica de nuestra época, con la tendencia actual de poner al ser humano como el centro de todo, de que el poder tecnológico nos induce a creer que podemos determinar y controlar todo. A final de cuentas, esta es la convicción de Heidegger. La idea es tener otro trato con el mundo, darle otro lugar y habitar en él de otra manera.

Como último punto, Raab señaló que el programa filosófico de Heidegger tiene como propósito la superación de la metafísica. Trata de recuperar el origen, esa búsqueda de un nuevo comienzo. Para lo cual, dice, sería necesario un diálogo con otras culturas, por lo que México resulta un buen lugar.

Paulina Rivero Weber, catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, quien hablará sobre Arte, verdad y palabra, hizo hincapié en el apoyo que las humanidades han recibido de nuestros señores rectores en años recientes. Cosa nada fácil, ya que las humanidades no tienen incidencia inmediata en la vida de un país como la tienen las ciencias o el conocimiento tecnificado. Las humanidades inciden en el pensamiento de un pueblo de manera lenta y muy profunda; anclan hondamente en la mentalidad de las personas independientemente de que éstas tengan conocimiento de ellas.

En el transcurso del simposio el artista suizo Christian Vetter, quien se ha distinguido por abordar temas heideggerianos, hará un mural que se exhibirá en la galería alta del recinto. Lourdes Báez Meza, directora de CaSa, también estuvo presente en la rueda de prensa.