El rostro de Paola Espinosa brilló como sus medallas y sonriente dio gracias por estar nuevamente en México, que la ha visto crecer deportivamente y regresar con un cargamento de buenos deseos ante la proximidad de los Juegos Panamericanos de Guadalajara.

Esta justa es para disfrutarla, animarla, para que los niños y jóvenes hagan atletismo, clavados, tiro con arco, futbol. Estar empapados de buena vibra, pidió la clavadista, al tiempo que recomendó a los ciudadanos enfocarnos más en las cosas buenas que en las malas, ante la inseguridad que se vive todos los días.

Con sus cuatro metales, el oro, plata y bronce que ganó en la Universiada de Shenzhen, así como el tercer lugar en los mundiales de natación y el boleto olímpico a Londres 2012, la deportista consideró que esos resultados me los he ganado con mucho esfuerzo, que no se habría dado sin el equipo multidisciplinario que dirige la entrenadora china Ma Jin.

Comparó que lo más difícil fue en Shangai, porque la medalla se definió en el último clavado, y cuando competí en Shenzhen me sentí más tranquila y relajada, aunque admitió que resintió el cansancio. Esperaba no lesionarse de la espalda y cuando comenzó a ganar sus metales todo se olvidaba y a empezar de nuevo.

Sin mostrar rastros de cansancio por el largo viaje de China y el retraso del vuelo en Tijuana, la sudcaliforniana llegó radiante y repartiendo sonrisas para que reporteros gráficos realizaran su mejor toma, e incluso firmó autógrafos y se tomó fotos con algunos de los hijos de los trabajadores que estaban en la Terminal 2 del aeropuerto capitalino.

Espinosa dijo que ahora la mira está en los Juegos Panamericanos para defender sus títulos, pero no será fácil como lo vivió en los mundiales de natación, donde estuvo fuerte la pelea con las estadunidenses y canadienses, y lo mismo sucedió en la Universiada.

Aunque nadie me lo ha dicho oficialmente, espera ser parte de una de las relevistas que portarán la antorcha panamericana en el recorrido que harán por las principales avenidas de la capital, y dijo que estaría muy encantada de ser la abanderada de la delegación, reconocimiento que la honró en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, donde se adjudicó el bronce con Tatiana Ortiz en los sincronizados plataforma 10 metros.

Paola, quien fue recibida por sus familiares, lució ayer la chamarra oficial de la justa continental con la marca de la empresa que la patrocina, mientras algunos de sus compañeros con uniformes de sus universidades y otros con ropa casual acudieron a la conferencia de prensa en un estrecho salón de usos múltiples.

La atención la acaparó la clavadista, aun cuando a su lado tenía a Rommel Pacheco, su pareja sentimental, quien regresó más motivado que nunca por las dos preseas conseguidas, para buscar en septiembre el pase a la cita jalisciense en el último selectivo. Del otro lado estaba su amigo Julián Sánchez, quien continuará entrenando en Jalisco para estar con Yahel Castillo en Londres 2012.

Los clavadistas aportaron la mayor cifra de metales (siete) de las 17 que se obtuvieron en la Universiada china.