El presupuesto planteado por el gobierno federal para 2012 revela que no se tiene contemplada una estrategia de política económica para enfrentar la desaceleración, pues no contiene nada que propicie un crecimiento económico sostenido, advirtió el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México.

Es un gasto inercial donde, para no afectar la estructura burocrática, se aumenta 10 por ciento el gasto corriente, mientras para inversión se reduce 3.2 por ciento. Para la Secretaría de Gobernación y el Instituto Federal Electoral se pide un incremento de recursos de 43.6 y 52 por ciento, respectivamente, mientras a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) se le reduce 18.5 por ciento, ejemplificó.

En otras palabras, se siguen privilegiando las erogaciones poco productivas sobre aquellas que en realidad constituyen el mecanismo de desarrollo y crecimiento para cualquier país, sentenció el CIEN, que preside José Luis de la Cruz.

Las autoridades minimizan la desaceleración e incluso descartan un escenario de crisis, cuando es complicado pensar que la desaceleración global no afecte en mayor o menor grado a un país que adolece de pobreza y un débil mercado laboral.

Criticó que el gobierno del presidente Felipe Calderón pretenda ser reconocido como el sexenio de la infraestructura, cuando los resultados y previsiones plantean una situación opuesta. La SCT representa un motor de crecimiento para la economía por la inversión en obras, pero sólo ha ejercido 37.8 por ciento del presupuesto de este año, y para el siguiente tendrá una reducción de 24 por ciento sólo en recursos para inversión.

Otros sectores que sufrirán recortes serán educación, salud y agropecuario, de 36, 40 y 72 por ciento sólo en el renglón de inversión, así como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), todos ellos fundamentales para reducir los costos de vida y elevar su calidad, con lo que vuelve a posponerse la solución del incremento de la pobreza, insistió el CIEN.

Por ello, consideró poco probable que se cumpla la expectativa oficial de que el producto interno bruto (PIB) crezca este año 4 por ciento y 3.5 por ciento el siguiente, cuando en el primer semestre de este año apenas llegó a 3.9 por ciento.

El CIEN consideró que aunque los legisladores aumenten las partidas de inversión en infraestructura como han hecho en otros presupuestos, al carecer de proyectos homogéneos se resta efectividad a la medida. Además, por los actuales tiempos políticos puso en duda que se realice una discusión a fondo del paquete económico.