Washington, 13 de septiembre. El actor y director Gael García Bernal realizó hoy un viaje poco usual a la capital de Estados Unidos para denunciar abusos contra inmigrantes y abogar por sus derechos.

Siempre se habla de asegurar la frontera; la persona que ha visto lo que sucede ahí se da cuenta de que esa pared es arbitraria e inhumana; es una inversión muda, indicó en conferencia de prensa el actor y director, quien definió su inmersión desde el cine en los problemas de la migración como un peregrinaje personal, en el que ha descubierto historias aún no contadas sobre un drama relatado a diario pero, a su juicio, desde una perspectiva a la que le falta el verdadero trasfondo de justicia social, que afecta a todas las sociedades del continente americano.

La migración es un tema que siempre se aborda en una nota muy política, económica y casi electoral, pero en realidad el problema o la solución es cuestión de justicia social, porque migración lo es todo: economía, corrupción, estatus legal; todo entra en el mismo caldero de la justicia social, sostuvo Bernal en rueda de prensa en la capital estadunidense, donde recibió este martes el Premio de Derechos Humanos 2011 que entrega la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) y que este año está dedicado al tema Migración y desarrollo: historias que transforman.

Bernal recibió el galardón por su serie de documentales cortos Los invisibles, un viaje escondido a través de México, en los que retrata varias historias de migrantes centroamericanos y de otros lugares que atraviesan México y todos los peligros que los acompañan en su camino a Estados Unidos.

García Bernal indicó que en la reunión que sostendrá con congresistas estadunidenses el próximo viernes les dirá que el dinero que es invertido en la construcción de un muro fronterizo tendría mejor uso en un plan integral de desarrollo en la zona para que existan oportunidades y justicia social para todos.

Reiteró que la postura de los congresistas republicanos de reforzar la frontera antes de abordar una reforma migratoria integral es ignorante, porque minimiza la complejidad del problema.

Preguntado sobre qué les diría a los congresistas si tiene ocasión de hablar con ellos sobre migración, García Bernal no dudó: Desde pónganse a leer historia o vengan ustedes a la frontera para ver que se puede hacer mucho más que construir una pared o frontera arbitraria, que, aseguró, “va a ser destruida en algún momento, como todas las paredes.

¿Qué pasaría si el dinero gastado para construir esta pared pudiera ser invertido en un plan integral de desarrollo en la frontera donde exista justicia social e igualdad para todos?, se preguntó.

Los cuatro documentales cortos recogen entrevistas que García Bernal hizo a migrantes en México que realizan uno de los viajes más peligrosos en el mundo, en busca de mejores oportunidades económicas en Estados Unidos.

Indicó que el trabajo es también un tributo a los otros invisibles, los voluntarios mexicanos que ayudan en los albergues a los migrantes en tránsito.

García Bernal adelantó que realiza una película con Diego Luna sobre el tema migratorio.

El actor y realizador mexicano también recibirá indirectamente otro premio WOLA esta noche, por Ambulante, la organización sin fines de lucro que fundó con Diego Luna, también presente en Washington, y el productor Pablo Cruz para llevar el cine de documentales a todos los rincones de México.

La tercera organización premiada es la costarricense Cedeco, dedicada a promover modelos de desarrollo sostenible en ayuda a agricultores centroamericanos.

“Antes de hacer nada sobre un problema tienes que reconocer que quienes sufren son personas, una conclusión que también sirve en Estados Unidos cuando se trata de asuntos como la ley Arizona o la de Alabama”, afirmó.

Básicamente, tenemos que concluir que los migrantes son personas que tienen derechos, y cuando sean reconocidos como tales creo que la dinámica cambiará en torno al debate migratorio, confió.

Ver a esa gente hacer esa travesía, para mí se ha convertido en una peregrinación inversa. Lo que vi allí, la fuerza, la esperanza, la fraternidad, no la he visto en ninguna otra situación; uno apenas puede imaginar lo que dejan atrás o de lo que están dispuestos a escapar para embarcarse en uno de los viajes más peligrosos que hay, explicó.