La glosa del penúltimo Informe de gobierno de Felipe Calderón derivó en un nuevo choque entre los grupos parlamentarios de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano contra el de Acción Nacional (PAN), que presentó como logros de la administración la gobernabilidad y el valor de la moneda, aunque ayer el peso continuó bajo presión en el tipo de cambio.

La crítica contra Calderón partió desde la tribuna, donde los diputados resaltaron que México se ubica en el tercer lugar mundial en cantidad de jóvenes que ni estudian ni trabajan, que la economía sigue atada a los vaivenes de la estadunidense, mientras la violencia continúa imparable pero el mandatario apuesta a una solución represiva –militar y policiaca–, antes que a una de carácter preventivo con inversión que genere empleos y oportunidades.

El diputado Ildefonso Guajardo Villarreal (PRI) afirmó que la falta de oportunidades en el país sólo se explica por el pobre desempeño del Ejecutivo en la conducción de la economía y resaltó que sólo el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ha sido serio al señalar que para los próximos años México enfrenta un escenario sombrío en materia de crecimiento y generación de empleo.

Su compañera de bancada Sofía Castro Ríos definió que en el último tramo de su mandato, Felipe Calderón se ha transformado en un Presidente ausente, sordo y aislado, que se ha convertido en el poseedor del miedo.

Lo que se necesita, dijo, es un mandatario que se involucre en la política social y escuche directamente a los ciudadanos y no sólo lo que le dicen en el circo que le arman cuando visita las regiones del país, donde miles de policías cierran calles para que no pasen los indígenas, los campesinos, las mujeres solas, los discapacitados y los ancianos.

Por el PRD, la diputada Mary Thelma Guajardo cuestionó que el Informe presidencial asegure que se avanza en la transformación del país, cuando todos los indicadores muestran una situación de crisis.

México está muy lejos de ser un país de leyes donde las familias puedan vivir en paz y tranquilidad; con verdadero acceso a la justicia en su más amplia expresión. Este informe representa casi la culminación del sexenio y Calderón será recordado fundamentalmente por el clima de violencia e inseguridad que prevalece en grandes regiones, expresó.

Insistió en un cambio en la política de combate a la delincuencia, pero previó que el fin de la declarada guerra de Calderón contra el narcotráfico simplemente no se ve por ningún lado, como si la devastación que ha causado y que horroriza al mundo entero no fuera suficiente.

A su vez, el diputado Óscar González (PT) inició con una revisión del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2012, porque, argumentó, si la Cámara de Diputados lo avala tal como lo envió Calderón sería dar continuidad a cinco años de fracaso y de políticas nada acertadas.

En respuesta, los diputados del PAN insistieron que en el Informe sí pueden encontrarse logros. Bonifacio Herrera afirmó que Calderón ha acertado en la definición de políticas públicas en el correcto ejercicio de la administración pública, en la preservación de amplios márgenes de gobernabilidad, a pesar de factores que gravitan para desestabilizar al país.

La panista Adriana Díaz redujo las críticas a una visión pesimista, fundada en adjetivos y descalificaciones, la retórica del desastre, la del país hundido, la del México sin esperanza, que no es una glosa del Informe sino propaganda negra de las vísperas electorales, el maniqueísmo pleno de que el gobierno es perfectamente malo y la oposición es plenamente perfecta.