Las Vegas, 16 de septiembre. Floyd Mayweather y Víctor Ortiz vociferan cara a cara. Se escupen y se miran como asesinos para dar mayor emoción a un combate que desde que se anunció acaparó las miradas de los aficionados.

Floyd, el millonario que sube al cuadrilátero cada vez que se le antoja –su pelea más reciente fue en mayo de 2010– tratará de arrebatar el cinturón al mexicano Ortiz, quien subió al podio de los campeones tras vencer al monarca wélter André Berto del CMB.

Volverá como el underdog, es decir. como una víctima que sube a pelear con casi todas las posibilidades de perder y por quien nadie ofrece un peso.

En esa misma función, que se llevará a cabo en la Arena Garden, del hotel MGM Grand, Érik Morales tiene una cita para hacer historia en el boxeo: a los 35 años de edad buscará convertirse en el primer mexicano en conseguir su cuarto título mundial en distintas categorías. Esta vez tendrá que enfrentar a su compatriota Pablo César Cano.

Contra éste, el Terrible es favorito, luego de arrebatar sus coronas a Daniel Zaragoza (supergallo), Gustavo Espadas jr (pluma) y Jesús Chávez (superpluma).

El tijuanense ha sido el mejor peleador mexicano en la reciente década y con reconocimiento en Las Vegas por su estilo comercial de soltar golpes y brindarse en cada combate. Esto lo llevó a sostener trilogías míticas contra el filipino Manny Pacquiao y Marco Barrera, con récords de taquilla y en Pago Por Evento (PPE) de la televisión estadunidense.

Pablo Cano, número 12 en las listas del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), estará en su primera oportunidad de ceñirse una corona mundial, después de ganar los títulos de la Federación Estadunidense de Boxeo y de la Asociación Nacional de Box.

Para cerrar el tradicional septiembre de boxeo, mes que las leyendas mexicanas del cuadrilátero han elegido para hacer sus peleas más importantes, el pugilista más popular en México, Saúl Álvarez, expondrá su cetro superwélter ante Alfonso Gómez en el Staples Center de Los Ángeles.

El Canelo dijo estar acostumbrado a enfrentar peleadores que eran favoritos y los había vencido a todos. Lo dijo tranquilo y sin perder los estribos como hace algunos meses, cuando el rival le dedicó unas rimas en las que hacía mofa del color anaranjado de su cabello y de las pecas de su rostro.

Le puse mi cara para que sepa lo que le espera en el cuadrilátero, dijo Álvarez. Tenía ganas de noquearlo cuando lo tuve frente a frente, expresó Gómez.