Detención injusta
l martes 6 de septiembre Rocío Moreno, comunera de Mezcala, Jalisco, luchadora, historiadora, mujer de la comunidad coca defensora del territorio y de los derechos de los pueblos indígenas, participante asidua del Congreso Nacional Indígena y, sobre todo, ejemplo de organización comunitaria desde abajo, fue arbitrariamente detenida por autoridades de la procuraduría de Justicia de Jalisco. Al siguiente día, previo pago de una fianza, fue liberada. Pero enfrenta, junto con otros 10 comuneros, un proceso legal plagado de irregularidades.
Rocío estuvo detenida 25 horas, debido a un caso inventado por autoridades de todos los niveles contra los comuneros que resisten en Mezcala, con lo que se confirma, señalan organizaciones de Jalisco, que detrás de su arresto hay un concierto de intereses económicos y políticos que pretendieron dar un golpe a la comunidad de Mezcala en su lucha de más de 10 años contra el invasor Guillermo Moreno Ibarra y contra proyectos de desarrollo promovidos por gobiernos de todos los niveles.
El caso de Rocío, como el de cientos de luchadores sociales en el país, está burdamente montado, pues se le acusó de participar en hechos ocurridos en terrenos comunales de Mezcala el domingo 10 de abril, cuando ella se encontraba en Guadalajara con familiares, como ha atestiguado una decena de personas.
Ese 10 de abril un grupo de comuneros desmontaron un panel solar instalado por el invasor Guillermo Moreno Ibarra en terrenos comunales que pertenecen a la población.
A la invasión de su territorio y posterior acusación se prestaron los jueces penales de Ocotlán Jesús Alejandro Ortega Reynoso y Óscar Martín Morales Vázquez, quienes validaron el argumento del Ministerio Público de que hubo daños a las cosas
por más de 138 mil pesos, cuando el propio juez apuntó en el expediente que el monto no superaba 20 mil.
El fondo del asunto es el siguiente: se pretende detener el proceso legal contra Guillermo Moreno y quedarse con las tierras de la comunidad de Mezcala, que tiene 10 años luchando por la defensa de lo que les pertenece.
Pero, como suele suceder, la embestida dio como resultado que Rocío, el resto de los comuneros y toda la comunidad se fortaleciera y decidiera continuar su lucha. La comunidad coca de Mezcala se asienta en la ribera del lago de Chapala, en el municipio de Poncitlán, Jalisco, y el conflicto por su territorio data de 1999, cuando un empresario local se apoderó de 10 hectáreas del territorio comunal y forestal presuntamente a través de un prestanombres llamado Crescenciano Santana.