“Andrés Calamaro es mi hermano. Estuvo conmigo en la grabación de mi nuevo disco, Cigala&Tango, y cantamos, pero la amistad también fue con Néstor Marconi y Juanjo Martínez. Todo se grabó en Buenos Aires, Argentina”, expresó ayer Diego El Cigala, quien se presentará mañana en el Auditorio Nacional.

Este concierto será parte de una gira que lo llevará a varias ciudades de la República mexicana, entre ellas Tuxtla Gutiérrez, 8 y 9 de octubre; Chihuahua, 11; Durango, 13; Guanajuato, 15, y Huamantla, 17.

Maestro del flamenco puro, ahora interpreta tangos clásicos, marcando su estilo calé: Tomo y obligo, Las cuarenta, Nostalgias, Sus ojos se cerraron y El día que me quieras, y creaciones contemporáneas como Garganta con arena, de Cacho Castaña; la emblemática milonga Los hermanos, de Atahualpa Yupanqui; la inolvidable zamba Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez; la habanera Youkali, de Kurt Weill, y exclusivamente en devedé, el tema de amor de El Padrino, de Nino Rota, junto al bolero Dos gardenias, y dos creaciones de su autoría: la bulería El chorrito y el tango San Migueles.

“Aunque ahora interpreto tangos, para nada me siento Gardel. En el disco me fui quedando con los temas que más me emocionaban. En el tintero se me quedaron unos cantos, como Naranjo en flor. En un momento quise cantar tango como si estuviera con Bebo Valdés. Siempre, claro, respetando sus pautas, su melodía, sus historias, las letras.

Las intensidades del flamenco y del tango son parecidas, porque son músicas de la tierra, nocturnas. Lo bueno que tiene el flamenco es que se puede adaptar a todo tipo de música.

Sobre si tiene algún temor por el clima de violencia que prevalece en México, contestó: Lo he pensado, eso de venir, pero lo mismo que te pasa acá te pasa allá. Es lo mismo. Yo quiero mucho a México, donde han respetado mi música, mi persona. Saben que no entro en política. ¡Ni soy político, ni quiero saber de eso! Lo mío es hacer música. Pienso que en esta gira no va a haber ningún problema.

Ya presentó su disco nuevo en el teatro Rex de Argentina. Comentó: “El miedo te hace creer porque no hay vuelta atrás. Estar en ese templo… pues, y con gente como Marconi, te da muchas tablas. Qué mejor que oír ahí a Piazzola… Andrés es como mi hermano y tenemos una amistad arriba de la amistad, familiar. Adonde me llama yo estoy, y donde yo lo llamo, él está. Es un artista de corazón tremendo”.

El Cigala informó que acaba de grabar el tema Vámonos, de José Alfredo Jiménez, con Óscar de León. “Está a tiempo de guaguancó, de rumba. Me encontré con el nieto de José Alfredo y me dijo que tiene algunos inéditos. ¡Me encantaría, por supuesto! Se trataría de preservar su frescura y sus melodías. El flamenco y lo ranchero tienen, también, una cosa que te envuelve. No sé si trabajaría de nuevo con El Potrillo (AlejandroFernández).”

–Alejandro Sanz anunció que tal vez hará un disco-homenaje a Camarón. ¿Qué piensa sobre ello?

–Respeto esa valentía de Alejandro Sanz para hacer una cosa tan genial como sacar una recopilación de José Monge y de Camarón. Se lo agradecería mucho.

–¿Pero ya aprendió Alejandro Sanz a cantar flamenco? Una vez lo criticó al respecto.

–Una cosa es que le guste el flamenco y otra cosa es ser flamenco. Son dos cosas diferentes.

–¿Qué piensa de lo que se dice respecto de que para cantar tango se requiere la mugre de Buenos Aires?

–Tampoco diría eso. Al tango hay que sentirlo. He pasado noches muy buenas en Buenos Aires, ¡increíbles! En ningún momento he pretendido parecerme a Gardel. He sentido el tango.

Hoy se siente bien, precisó. Estoy en el libre albedrío absoluto y no canto lo que no me gusta. Aparte de ser flamenco comparto otras músicas, pero con mucho respeto.

En esta visita, añadió, buscará a Chavela Vargas. Para el proyecto del disco con rancheras me gustaría que fuera mi chamán. Aunque sabemos que está malita.