Por primera vez en la historia de los premios, el ganador del Nobel de literatura 2011, el poeta sueco Tomas Tranströmer, no agradecerá con palabras cuando lo reciba, pues perdió el habla debido a una embolia que sufrió en 1990.

En vez de eso, el poeta sueco de 80 años ofrecerá un recital de piano a manera de agradecimiento durante la ceremonia donde la Academia sueca entregará los premios, el próximo 10 de diciembre en Estocolmo.

El periódico inglés The Independent citó en una nota a Neil Astley, amigo y agente literario de Tranströmer, quien declaró que lo imagina el día de la ceremonia en su silla de ruedas y que le hablará a las personas a través del piano.

Astley, también editor de la publicación Bloodaxe, destacó que los suecos suelen expresarse a través de la música y fue él quien reveló la realización del recital de piano que el poeta interpretará en esa ceremonia.

De hecho, en el momento en que recibió la noticia de que había ganado el Premio del Nobel de Literatura de este año, el poeta sueco estaba escuchando música, en su casa ubicada en Estocolmo.

La parálisis que sufre en el lado derecho del cuerpo, que limita su capacidad para hablar, no ha impedido a Tranströmer tocar el piano.

Incluso, varios compositores suecos amigos suyos han escrito y adaptado obras musicales para que pueda ejecutarlas con la mano izquierda.

Al respecto, el poeta mexicano Alberto Blanco recuerda esa habilidad de su colega sueco, pues tuvo la oportunidad de atestiguarla en mayo de 2003, durante un homenaje que le rindieron en la ciudad de Malmö, en Suecia, donde en lugar de hablar, agradeció con el Concierto para la mano izquierda, de Maurice Ravel, compuesto por el músico francés para el hermano de Ludwig Wittgenstein, llamado Paul, distinguido pianista que perdió la mano derecha en la Primera Guerra Mundial.

Por otro lado, Neil Astley dijo que el más reciente poemario de Tranströmer se agotó en Suecia pocas horas después de que la Academia de ese país anunciara que él era el ganador, y que a partir de entonces se apartaron más de 300 ejemplares de esta obra en las librerías del país.

Tomas Tranströmer había vendido alrededor de 4 mil copias de esta colección en los pasados 25 años en Gran Bretaña.