Inusitado comienzo del año electoral. Sin la conformación plena del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) y con la presencia del Ejército para resguardar la ceremonia previa de izamiento de bandera y el control de acceso al inmueble, la sesión pública sirvió para reditar las descalificaciones entre PRI, PAN y PRD, imputándose responsabilidades por el fracaso en la designación de los tres consejeros del organismo.

Aun con la integración deficitaria del Consejo General, el presidente del organismo, Leonardo Valdés, aseguró que el primero de julio habrá elecciones equitativas, y subrayó que la fuente de credibilidad de los comicios es la imparcialidad de nuestras decisiones. Asimismo, convocó a las autoridades responsables de la seguridad y la estabilidad del país a garantizar la tranquilidad del proceso comicial.

Fueron casi cuatro horas en que todos los miembros del consejo hicieron explícita su fe en la democracia, al tiempo que entre las tres principales fuerzas políticas iniciaban, junto con el proceso electoral, los primeros escarceos de campaña, imputándose la responsabilidad de haber descarrilado la designación de los tres consejeros del instituto.

Segundo orador en la sesión, el panista Guillermo Bustamante apenas terminó de evocar las bondades de la democracia arremetió contra el PRI y su visión autoritaria, que atenta contra la imparcialidad y la legalidad del proceso democrático. Conformar la primera minoría en la Cámara de Diputados no lo autoriza a imponer su criterio, subrayó.

Casi sin tregua, el panista descalificó el maquillaje del viejo priísmo, que intenta imponer al IFE una integración para incidir sesgadamente en las elecciones y regresar al sistema antidemocrático que le permitió permanecer en el poder durante décadas.

La andanada panista encontró inmediata respuesta en el priísta Sebastián Lerdo de Tejada, quien no ahorró críticas al blanquiazul y al gobierno federal, al considerar que México se cae a pedazos por la pobreza, la falta de crecimiento democrático y los 50 mil muertos por la guerra contra el narcotráfico. Demandó al presidente Felipe Calderón asumir la responsabilidad de esa situación, y sostuvo que las condiciones lamentables del país son la herencia de casi 11 años de gobierno federal panista.

Agregó, en relación con la frustrada designación de consejeros, que el amasiato entre la izquierda orgánica y el partido del gobierno quedó evidenciado en las falacias y el nulo compromiso con México que determinaron los votos del PAN y del PRD. Aquel PRD que no reconocía al presidente Calderón y ahora le sirve en el Congreso pasó de oposición digna a palafrenero de palacio. Su egoísmo es claro ejemplo de la tentación totalitaria que desde los extremos cada uno representa.

Terció el perredista Camerino Márquez, quien luego de recordar las desastrosas elecciones de 2006, “con un órgano parcial que permitió y toleró la guerra sucia y manipuló los resultados electorales”, secundó al PAN en sus críticas a la pretensión priísta de designar a dos de los tres consejeros que iban a ser aprobados la víspera.

No al regreso autoritario, antidemocrático y excluyente. Ayer fracasó la intentona de imponer una terna que no alcanzó consenso. Se evitó la regresión autoritaria de una visión que pretendía establecer cuotas de partidos en la integración del árbitro electoral en perjuicio de la autonomía.

Mientras las principales fuerzas políticas se recriminaban mutuamente, los consejeros, que ahora serán responsables de la conducción del proceso, prodigaban exaltaciones a la vida democrática, ofrecían garantías de que los comicios estarán apegadas a la ley y tímidamente externaban sus deseos por que la Cámara, algún día, se ponga de acuerdo para completar la conformación del órgano. Ningún reproche a los diputados, meras frases protocolarias que no ofendieran a los legisladores.

Sus discursos apenas interrumpieron el debate entre PAN y PRI, que mantuvieron sus descalificaciones como preámbulo a la contienda por venir. Fue entonces cuando Bustamante denunció la incongruencia del priísmo en sus propuestas presentadas la víspera, en especial de Enrique Ochoa, quien –dijo– no es el ciudadano imparcial que pretende hacer creer el PRI.

Citó un recurso promovido ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación demostrando la filiación abiertamente priísta de Ochoa, para concluir que hay que tener cuidado de que al diputado Lerdo de Tejada no le cante el gallo como a San Pedro por andar reconociendo a uno de sus correligionarios.

Ni una palabra de Lerdo de Tejada al respecto, quien se refugió en sus críticas contra el gobierno panista, en la abierta injerencia en el proceso electoral de 2006 y en los comicios más recientes, como advertencia de que el PRI no admitirá intromisiones ilegales del jefe del Ejecutivo.

Entrevistado en torno a la presencia del Ejército en el IFE, Valdés respondió: Evidentemente se trata de recomendaciones de seguridad que hemos ido construyendo. Días como hoy, que hay una sesión trascendente por el inicio del proceso electoral, elevamos el nivel de seguridad.

Durante la sesión, los consejeros aprobaron las modificaciones estatutarias de Convergencia –que ahora se denomina Movimiento Ciudadano– y del PRD, para renovar sus instancias directivas internas, así como el calendario de las precampañas y la integración de los 32 consejos locales en el país.