De acuerdo con la Fundación Mexicana para la Lucha contra el Sida, los retos que tiene el país respecto de este mal son significativos, pese a que ya han transcurrido tres décadas desde que se detectaron los primeros casos en el mundo.

David Alvarado, presidente de dicha agrupación civil, indicó que aunque son muchos los años de experiencia en la lucha en contra del VIH/sida, en México aún no se ha logrado abatir el estigma y la discriminación que experimentan quienes son portadores del virus, particularmente debido a que ha faltado educar desde la infancia, sobre todo desde la escuela, tanto en el sentido de respeto a la diversidad, de inculcar la prevención, y se ha carecido de una educación sexual más amplia y que no sólo se refiera a la reproducción.

En entrevista también hizo hincapié en que tampoco se ha concientizado a la nuevas generaciones, las que no les tocó vivir el primer impacto de lo que era el VIH, y en donde debido al discurso de que o te cuidas o tu vida termina, muchos logramos un cambio y una adecuación.

Indicó que ahora la mayor parte de los adolescentes y jóvenes no dan la misma importancia a la prevención, pues se perdió el miedo a esta enfermedad, particularmente porque no fueron testigos de los estragos que causó en un principio y de que era una sentencia de muerte inmimente y actualmente debido al avance farmacéutico se ha convertido prácticamente en un mal crónico, ya que la sobrevida es cada vez más prolongada.

Por desgracia las nuevas generaciones de entre 15 y 22 años o un poco más no tienen esta visión de prevención, perdieron el miedo al contagio. Revertir esto es un gran reto, así como evitar que se den nuevas infecciones en personas que ya son portadoras del virus.

También destacó que aunque hay cobertura universal en el país en cuanto a dotación de antirretrovirales, no se cuenta con una atención integral para los pacientes, debido a que hay “otras carencias.

La cobertura universal de medicamentos antirretrovirales es un hecho, pero hay otras limitantes, pues no siempre hay acceso a pruebas de detección y a otro tipo de profilácticos para otras infecciones de transmisión sexual o infecciones oportunistas: en eso hay carencia. En cuanto a la universalidad en antirretrovirales también sigue habiendo problemas en algunos casos por la burocracia: no se entregan recetas, no se surten a tiempo, y esto provoca que quienes están recibiendo la medicación se vuelvan muy vulnerables.

Alvarado insistió en que también debe desplegarse una política de equidad de género, que sea real, que no sólo esté en los discursos políticos y subrayó que la educación es fundamental para un cambio de actitud, y respecto a los recursos destinados para la atención y prevención del virus consideró que para el próximo año deberían incrementarse, pues aunque la población registrada con VIH es de alrededor de 240 mil, se estima que los casos son muchos más.

“Estimamos grosso modo que por cada persona que sabe que es portador del VIH hay tres que no lo saben, y este es un cálculo muy suave. ¿Qué pasaría si esta población que no lo sabe en un momento accediera a una prueba y demandara tratamiento? Los costos serían altísimos”. Por eso señaló que los recursos para el Centro Nacional para la Prevención y Control del Sida (Censida) deberían elevarse para 2012 en por lo menos 25 por ciento. Este año dicha instancia cuenta con unos 123 millones de pesos para sus tareas.